Lucho Córdova: la herencia del último as - 10 de Mayo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 569212638

Lucho Córdova: la herencia del último as

El olvidadizo era Rafael Traslaviña, pianista héroe de las boîtes y las quintas de recreo en el Santiago de los años 40 y 50, con una larga trayectoria en la cueca. Y el episodio ocurrió en octubre de 2005, cuando en la casona del club en Ñuñoa -hoy demolida- se reunieron Córdova, Traslaviña y el contrabajista Iván Cazabón para recordar los 60 años de la segunda grabación de Los Ases Chilenos del Jazz. Con 23 o 24 años, ellos participaron de esa experiencia histórica, tocando en las sesiones de "Jazz me blues" y "Darktown strutters' ball".

"Uno escucha la grabación y se sorprende. Lucho Córdova aparece como un baterista en el estilo de los años 20, como tocaban las bandas tipo Bix Beiderbecke. Yo diría una época pre-swing y post-dixieland", señala el musicólogo Álvaro Menanteau, autor de "Historia del jazz en Chile" (Ocho Libros, 2003). "Pero además de marcar el ritmo, Córdova se había aprendido los cortes de memoria. Escuchaba los discos hasta el cansancio para imitar y luego interpretar. Los discos eran la única escuela que había en los años 40", agrega.

Los 64 socios estables que tenía el Club de Jazz, fundado por un grupo de amigos en 1943 en un local en Santo Domingo esquina Bandera, votaban por los mejores exponentes en trompeta, trombón, clarinete, saxofón, piano, guitarra, contrabajo y batería. Ese octeto de estrellas fue conocido entonces como Los Ases Chilenos del Jazz. Y en esa formación de 1945, la última que grabó, actuaban Cazabón, Traslaviña y Córdova. Los dos primeros murieron en 2011, de modo que Córdova fue el último sobreviviente de aquellos ases.

Dilema para tambores

Esos músicos representan el paso de una era a otra entre las décadas de 1930 y 1940, desde la interpretación orquestal del jazz melódico al empuje improvisacional de los conjuntos hot jazz . "Lucho Córdova fue un activista, un baterista en el área chica. Encarnó el ideal de un jazzista que hasta ahí no existía. El que no quiere bailar ni cantar el jazz, sino que quiere vivirlo de otra manera, con un enfoque estético", dice Menanteau.

Su influencia comienza ahí, pero no terminará ahí. Muchos de los bateristas de generaciones siguientes tomaron esa herencia y todos tuvieron experiencias determinantes al verlo o escucharlo tocar siendo niños (ver testimonios).

"Mi batería y yo" se titula el libro de memorias de Córdova, publicado en septiembre pasado como el registro final de una vida que tuvo de todo. Desde los ensayos con el grupo The Chicagoans en el...

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