Luchando por el futuro: derechos humanos, medio ambiente y la agenda contra el cambio climático
| Autor | Rubén Miranda Gonçalves |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho con mención internacional |
| Páginas | 45-61 |
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Luchando por eL futuro: derechos hum anos, medio ambiente
y La agenda contra eL cambio cLimáti co
capÍTulo ii
luchando por el FuTuro: derechos humanos, medio
ambienTe Y la agenda conTr a el cambio climáTico
Rubén Miranda Gonçalves1
i. inTroducción.-
El fenómeno del cambio climático, al igual que otras problemáticas ecoló-
gicas, está causando un impacto signicativo en múltiples aspectos de la vida
tanto humana como de otras especies. No obstante, no siempre ha recibido
una atención particularmente destacada. En los últimos años se ha observado
un creciente interés en abordar el deterioro ambiental, lo que se reeja en la
amplia cantidad de esfuerzos por parte de diversas organizaciones tanto na-
cionales como internacionales que se han ocupado para combatir el mismo.
La génesis sobre el de desarrollo sostenible a nivel global está estrechamen-
te vinculada con el término de crecimiento económico. Esta conexión ha lleva-
do a que se observe un creciente interés por parte de los países en promover
proyectos que sean viables, innovadores y que fortalezcan la estabilidad y el
bienestar de su población en los ámbitos económico y social, al mismo tiempo
que se presta una atención transparente y protectora al medio ambiente. Por
ende, es esencial que el desarrollo económico y el sostenible colaboren en
conjunto, formando una alianza que benecie a ambas áreas. Esta relación se
presenta como una combinación crucial e ineludible.
En esta perspectiva, el enfoque principal de este trabajo se centra en el aná-
lisis del desarrollo sostenible, destacando la relevancia de la preservación am-
biental por parte de los Estados a nivel global y su articulación conforme al
crecimiento económico.
1 Doctor en Derecho con mención internacional, Máster en Derecho de las Administraciones
e Instituciones Públicas y Licenciado en Derecho, por la Universidade de Santiago de
Compostela, España. Es profesor del área de Filosofía del Derecho en la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria. Profesor tutor venia docendi en el Centro Asociado de Las Palmas
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED); Postdoctorado en Derecho
por la Universidade do Estado do Rio de Janeiro. Email: ruben.miranda@ulpgc.es
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Rubén MiRanda Gonçalves
Para comprender la necesidad de progresar en la consecución de los Ob-
jetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en el reconocimiento del medio
ambiente, es pertinente hacer una breve exégesis del origen de los concep-
tos de desarrollo sostenible (CAMARÁN et. al., 2019, p. 26).
Desde un punto de vista antropocéntrico, preponderante en las numero-
sas legislaciones, la naturaleza era considerada como un objeto y ha perdido
inuencia en favor de una visión ecocéntrica, otorgando un estatus de sujeto
de derecho a la misma. Esta evolución nos lleva a la conclusión de que un
entorno saludable se erige como un derecho humano independiente y funda-
mental, esencial para el bienestar y la preservación de la vida humana.
En la incansable búsqueda de un futuro mucho más sostenible, los ODS
han emergido como un nuevo faro de esperanza y guía para la humanidad,
dando origen a la Agenda 2030, compromiso global que adoptaron todos los
miembros de Naciones Unidas en 2015 y cuyo objetivo principal es abordar
una serie de desafíos interrelacionados que enfrenta el mundo como pueden
ser la pobreza, la desigualdad, la paz, la justicia, el cambio climático y la de-
gradación ambiental, entre otros. Esta Agenda 2030 está formada por 17 ob-
jetivos y 169 metas, diseñadas para guiar y medir el progreso en cada área y
cuyo énfasis se centra en la importancia de asociaciones, alianzas entre go-
biernos, sociedad civil, sector privado y otros actores para lograr un impacto
sostenible y duradero.
A lo largo de las últimas décadas hemos sido testigos de un declive conti-
nuo en lo que respecta al medio ambiente. Esta tendencia ha provocado una
disminución preocupante en la atención a los entornos naturales, hogar de
todos los seres humanos. En un mundo en donde las expectativas de vida y el
acceso a servicios básicos deberían ser una prioridad, bien merece una prio-
ridad el analizar el declive degenerativo con una perspectiva integral. Como
ciudadanos merecemos entornos que promuevan nuestra salud física y men-
tal, la preservación del medio ambiente, la biodiversidad y la sostenibilidad
ambiental.
A consecuencia del descubrimiento y posterior uso de los combustibles fó-
siles, se ha venido produciendo un desgaste acelerado que ha contribuido al
daño ambiental. Este proceso ha desencadenado una amplia contaminación
que, a largo plazo, ha resultado en la polución del ecosistema y se ha conver-
tido en un factor crítico para la salud de los seres humanos y, por extensión,
al ecosistema, especialmente el acuático.
Los ODS están intrínsecamente interconectados con la noción de desarrollo
sostenible y nos instan a considerar la sostenibilidad en todas sus dimensio-
nes: económica, ambiental y social. Su importancia radica en la capacidad
para transformar las aspiraciones compartidas en acciones tangibles, es decir,
catalizando el cambio desde los niveles locales hasta los internacionales. En el
corazón de los ODS se encuentra, como no puede ser de otra manera, el medio
ambiente. Sin un entorno saludable y equilibrado, difícilmente tendremos ac-
ceso a los recursos esenciales que sustenta nuestra vida. Al nal, necesitamos
aire para respirar y agua para beber, por lo que el cambio climático no puede
convertirse en un problema aislado, sino más bien en un desafío global.
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