La lucha de Pablo Otárola que conmueve a Temuco - 28 de Marzo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 562580346

La lucha de Pablo Otárola que conmueve a Temuco

Es jueves, pasado el mediodía, y por un momento dejó el cigarrillo para probar uno de sus platos preferidos cuando está en el cerro Zaror, en Talcahuano, porque ahí es donde vive. No podía demorar mucho, eso sí: debía volver pronto al Hospital Hernán Henríquez Aravena. Y así fue.

-"Don Mario, tenemos que hablar".

Y don Mario, al ver el gesto serio, parco, de los médicos, experimentó una extraña sensación en el estómago.

-"Seremos claros: a Pablo hay que operarlo urgente. No hay muchas opciones: se opera, con el riesgo grande de que no supere la operación, o se muere...".

Producto del traumatismo ocasionado en el accidente del viernes 20 de marzo, el cerebro de Pablo Otárola se había inflamado y era imperiosa una craneotomía. El pronóstico era crítico, el peor de todos: dos horas de vida para el futbolista de Deportes Temuco.

-"Opere, doy la autorización".

No faltaba tanto para las cuatro de la tarde.

Enseguida, y durante las siguientes tres horas, don Mario rezó: "Diosito, que nunca más juegue a la pelota, solo quiero tenerlo a mi lado". Su esposa Lidia Torres oraba en la sala de espera de la UCI.

Ya oscurecía cuando los médicos volvieron a llamarlo. "!Gracias, mi Dios¡", exclamó el hombre. Una sonrisa le iluminaba el rostro: otro milagro jugaba a favor de su hijo.

Un principio sin final

Quienes conocen el cruce Cajón, en la salida norte de Temuco, no se explican cómo impactaron el Kia Ceratto de Otárola, que iba rumbo a Concepción, y el camión manejado por Washington Collío.

"Es una recta y no hay problemas de visibilidad", cuenta Juan Pedro Peña, periodista del Diario Austral. "Yo estaba cubriendo rodeo en Lautaro y llegué diez minutos después del accidente. Fui de los primeros. Y vi todo: a Pablo ensangrentado, fracturado, metido en el auto... Rompieron el techo para sacarlo", agrega.

La causa es investigada por la fiscal Avelina Barriga, y Collío -cuyo pecado habría sido no respetar un ceda el paso- está con arresto domiciliario nocturno.

La ambulancia no demoró más de 15 minutos desde Cajón al hospital de Temuco.

Mario Otárola y su señora tardaron un poco más, porque estaban en la Octava Región. Salieron con lo puesto y él ni siquiera tomó su teléfono celular. Los primeros dos días después del accidente dormían en el hospital: en el suelo, en las sillas, donde pudieran.

Después aceptaron una pensión pagada por el club y que está a media cuadra del centro asistencial. "Tengo que acompañar a Pablo el tiempo que sea necesario. Esto no se...

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