Lucha de clases - 23 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 631582188

Lucha de clases

Si alguien piensa que el Partido Comunista está retrocediendo 50 años al insistir en la lucha de clases, está muy equivocado. Para los comunistas hoy la lucha de clases no es una profecía como lo era hasta los 70: saben que se han equivocado en todas sus predicciones y que, a pesar de lo tontones que somos los derechistas, los hemos pillado en el fracaso de sus visiones. Tampoco la lucha de clases es en la actualidad un programa de acción dirigido a las masas: el PC es consciente de que las clases sociales hoy no existen, que la movilidad todo lo ha convertido en una gran majamama nacional, en un totum revolutum en el que cada uno de nosotros es algo o mucho de los demás, lo que deja a los comunistas sin poder impulsar acciones de unos contra otros. Ya no se sabe quiénes somos unos y quiénes somos otros.

Parar a Ricardo Lagos, ese es el objetivo. Los comunistas necesitan algún revulsivo, algún punto de quiebre al interior de los partidos de la coalición de gobierno, para que la mayoría de ellos no cierre filas con Lagos, un candidato al que el PC detesta (Vallejo ha vuelto a prometer que no votará por él; ya lo había dicho respecto de Bachelet). La lucha de clases es el único y definitivo criterio que puede hacer que socialistas, parte de los PPD y un segmento de los radicales abandonen a Lagos y se inclinen por Allende. Los comunistas saben que en esas izquierdas -y lo han comprobado con las reacciones de apoyo que han recibido desde esos sectores en estos días- hay una permanente disposición a cultivar el odio, que expresiones como "la retroexcavadora" o "los chupasangre" calzan perfectamente con la visión que el PC tiene de los conflictos sociales.

Si los comunistas experimentan hace un tiempo una oculta envidia por la radicalidad revolucionaria de autónomos o anarquistas (envidia llena de rencor), también saben que ese mismo vicio -envidia- lo han experimentado siempre respecto de ellos los izquierdistas algo más tibios. Los comunistas entienden que todavía pueden pautear a sus socios y que quizás consigan correrlos hacia sus posiciones...

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