¿Lobo o cordero? - 1 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 579631562

¿Lobo o cordero?

En aquellos tiempos no había el furor por la información en tiempo real. Es verdad que la noticia de un ataque pirata a una localidad entre Génova y Split llegaba a Nápoles en tres horas gracias a los fuegos que, en esas ocasiones, los encargados encendían en las torres a lo largo de la costa de Portofino. Pero ninguna información, por cierto, cruzaría rápidamente el Mediterráneo desde Chipre a Gibraltar, mucho menos de la costa brasileña del otro lado del océano Atlántico.

Hoy no pasa un día o una noche sin que el celular o el e-mail perturben la paz del que busca un descanso. No hay noticia, buena o mala, relevante o no, que las tecnologías actuales y la ansiedad por comunicar "novedades" no hagan llegar de inmediato a quien desee o no saber.

Así, tuve una tranquilidad entrecortada, no por la agitación de los mares, sino que por el lento y continuo noticiario sobre el desmoronamiento de mucho de lo que se construyó a partir de la Constitución de 1998 en Brasil. La descomposición viene de hace tiempo, pero parece haber rebotado con fuerza en julio. Se volvió claro para la opinión pública que la crisis actual nada tiene que ver con la "de allá afuera" y sobrepasa lo ridículo de insistir en que la culpa es de Fernando Henrique Cardoso.

Se volvió obvio que hay una acumulación de crisis: de crecimiento, de desempleo, de funcionamiento institucional, moral, de conducción política. Tardíamente, los círculos del Partido de los Trabajadores (PT, oficialismo) se acordaron de que tal vez sería oportuno hablar con los socialdemócratas (PMDB, oposición)... Parece la historia del abrazo de ahogado. Calma, gente mía, hay tiempo para todo. La hora de conversar, la hora de actuar y la hora de orar.

Con ocasión del viaje que la Presidenta Dilma Rousseff y los ex presidentes hicimos juntos a Sudáfrica en diciembre de 2013 para el funeral de Mandela, dije que la desconfianza de la sociedad en el sistema político había llegado a límites peligrosos. Aún no era posible anticipar el tamaño de la crisis en gestación, pero no quedaba duda de que el país enfrentaría dificultades económicas y que esas serían aún mayores si sus líderes políticos no dieran respuesta al problema de la legitimidad del sistema político. Dije también que todos los ahí presentes, independientemente del grado mayor o menor de responsabilidad de cada uno, deberíamos entendernos y proponer al país un conjunto de reformas para fortalecer las instituciones políticas. La sugerencia cayó en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR