El llamado a la calle - 2 de Diciembre de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 335773058

El llamado a la calle

Hay dos fenómenos que parecieran estar relacionados: las protestas que se dan en tantos países, y la ebullición de las redes sociales. ¿Son éstas las que provocan las protestas, o existirían de todas maneras? Las redes sociales reducen el costo de convocarlas y suben el de reprimirlas, porque videos de los represores son difundidos rápidamente por medios como Twitter. Pero, ¿tienen efectos más profundos? ¿Condicionan la naturaleza misma de las protestas?

Tal vez convenga distinguir entre aquellas que se realizan por motivos independientes de las redes sociales, y las que emanan directamente de ellas. En Chile, priman las primeras: en general han sido promovidas por asociaciones antiguas, anteriores al internet, como las de los profesores y estudiantes. Las redes sociales han sido usadas más bien para potenciar las protestas.

Pero hay otras que nacen en el internet y que de allí pasan a la calle. Se dan en reacción a males reales -llámense abusos en Wall Street, desigualdad, dictadura árabe- que producen un descontento real, anterior al internet, o independiente de él, pero la idea misma de protestar proviene de las redes sociales, y en las protestas hay poca estructura conductora, poca organización que no sea meramente virtual. Allí sí pesan algunas características que parecen ser propias del internet.

Por ejemplo el internet es especialmente potente para reunir minorías. Por eso, muchas de las protestas que genera se dan en torno a intereses muy específicos. Cabe que los gobiernos no pierdan la calma en estos casos, porque sus demandas son a veces contradictorias entre sí. Desde ya, muchas de las pasiones suscitadas en ese mundo de satisfacciones instantáneas que es el internet son caprichosas y efímeras.

En las redes sociales no hay ni los liderazgos ni las estructuras que se necesitan para concebir políticas constructivas: más fácil es unir a grupos en torno a una denuncia que a una proposición. Por eso a un Occupy Wall Street , o a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR