El litio, la promesa incumplida que será clave para el próximo gobierno boliviano
La transformación económica de Bolivia, impulsada en la última década por la nacionalización de los hidrocarburos y un auge sin precedentes del consumo interno, mantiene una promesa sin cumplir: la industrialización del litio, materia prima clave en la cadena global de producción de baterías y autos eléctricos. El país tiene una de las mayores reservas probadas del planeta de este mineral, con unas 21 millones de toneladas en el salar de Uyuni.El debate sobre el futuro del litio ha sido parte importante de la campaña para las elecciones presidenciales de mañana, en la medida que los principales candidatos, el exministro izquierdista Luis Arce (Movimiento al Socialismo) y el expresidente centrista Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), han planteado la necesidad de avanzar más decididamente en su industrialización bajo el modelo de empresas mixtas y con la participación de inversionistas extranjeros. Ambos parecen coincidir en la importancia estratégica del "oro blanco", que en medio de una creciente demanda mundial, podría convertirse en el salvavidas de la economía boliviana tras el duro impacto del coronavirus.Pero es también un tema complejo que se ha contaminado políticamente. Tras la crisis que provocó el año pasado la renuncia de Evo Morales, el propio expresidente acusó que su salida del poder se debió en realidad a un "golpe del litio", una supuesta conspiración organizada por EE.UU. luego de quedar excluido de los proyectos para industrializar este metal alcalino, que se ocupa en las baterías del 90% de los computadores portátiles y del 60% de los teléfonos celulares y que es central para la fabricación de automóviles eléctricos. Es una tesis que también defiende Arce: "No fue un golpe contra el indio sino por el litio. Fue diseñado por transnacionales interesadas en su privatización junto al gas", dijo el exministro de Economía.Lo controvertido del tema quedó demostrado en el departamento de Potosí, una región que durante la colonia española fue vaciada de su riqueza en plata y donde ahora algunos temen que ocurra algo similar con el litio de los yacimientos de Uyuni y Pastos Grandes. Aunque los sectores mineros e indígenas de Potosí tradicionalmente se alineaban con Morales, a fines del año pasado se sumaron a las protestas en su contra, molestos por un contrato del gobierno con la empresa alemana ACI Systems para conformar una sociedad mixta con la estatal Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) para producir 40.000 toneladas anuales...
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