Limpiando la FIFA con escrutinio accionario
De vez en cuando las organizaciones se convierten en sinónimo de otra cosa. Apple significa elegancia; Berkshire Hathaway, lealtad, y BlackBerry, decadencia. FIFA, el organismo rector del fútbol, significa corrupción. Engalanar estas empañadas marcas tomaría un poco más de entretenimiento, así como está siendo dirigida la FIFA.
El 26 de febrero las asociaciones miembro de la FIFA realizarán una votación secreta -¿qué más?- en Zúrich para elegir a un nuevo presidente que reemplace a Sepp Blatter. Los augurios no son buenos. Blatter legará a su sucesor una organización en crisis. Su quinto mandato fue interrumpido después de la acusación, el año pasado, de lavado de dinero. Desde entonces, ha sido suspendido del fútbol durante ocho años por haber realizado un pago indocumentado de US$ 2,1 millones a Michel Platini, el entonces jefe del organismo del fútbol de Europa (Platini, antes favorito para suceder a Blatter, también ha sido suspendido del juego; ambos hombres han negado las irregularidades).
Los cinco candidatos que compiten por el puesto conversan sobre la necesidad de los límites del mandato y de una mayor transparencia. Pero una reforma radical empezaría por lo que lanzó Stefan Szymanski, un economista de deportes, entre otros, de transformar a la FIFA en una empresa pública. En buena medida, la nueva FIFA sería registrada en Nueva York.
Una cotización pública tendría varias ventajas. La primera es que se dispararía el nivel de transparencia. Los escándalos también afectan a las empresas que cotizan, pero lo que no se escucha de sus ejecutivos es el reclamo por falta de escrutinio.
Para la FIFA estar bajo los pequeños y brillantes ojos del árbitro sería precisamente el punto. De acuerdo con su reporte anual, una empresa con solo 474 empleados gastó la impresionante cantidad de US$ 115 millones en personal en 2014. Cotizar en bolsa requeriría que la FIFA revelara cuánto reciben sus ejecutivos y hacer frente a preguntas de los accionistas sobre los US$ 35 millones que gastaron en reuniones ese año.
La apertura de la FIFA al sistema judicial de Estados Unidos tendría también un efecto razonable. El alcance del Departamento de Justicia y del FBI ya es amplio: estaban detrás de acusaciones el 2015 que eventualmente destronaron al Sr. Blatter. Pero salir a bolsa en Estados Unidos traería a algunos de los más entusiastas abogados-ejecutores del mundo a la puerta de la organización. En...
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