Un liceo libre de celulares
A las 8:30 de un jueves de septiembre, cuando ya han ingresado los últimos alumnos al Liceo Jorge Alessandri, la paradocente Juanita González se levanta de su escritorio y toma una caja plástica amarilla que tiene en cada compartimiento una etiqueta con los cursos a su cargo: 3° medio A, B y C.Es un día soleado en Calama, pero hace frío, y ella avanza por el pasillo abrigada con una chaqueta negra, cargando la caja.-Permiso, ¿puedo pasar? -dice tras golpear la puerta del primer curso y saludar al profesor y a los alumnos-. Vengo por sus celulares.Algunos estudiantes meten la mano al bolsillo, entregan sus equipos y firman un registro.-¿Alguien más? ¿María José? ¿Sebastián?Los alumnos niegan con la cabeza y siguen escribiendo.Desde mayo pasado esta rutina se repite cada mañana en los 36 cursos del Liceo Jorge Alessandri, que cuenta con 1.200 alumnos de séptimo a cuarto medio. Una inédita orden judicial decretó la prohibición del uso de celulares en el establecimiento durante todo este año académico, obligando al liceo a desarrollar un protocolo que le permitiera cumplirla. Al inicio de la jornada, los alumnos entregan a las 13 paradocentes sus teléfonos, que quedan en custodia dentro de esas cajas plásticas que se guardan en un clóset con llave. Al término de clases, pasan a retirarlos. En caso que requieran hacer una llamada importante, pueden solicitarlo y devolverlo de inmediato. Y los estudiantes que se nieguen a entregar el aparato o son sorprendidos chateando, escuchando música o tomándose selfies , se les anotan sus datos y se envían al tribunal, que los cita con su apoderado a una audiencia para dar explicaciones de su conducta.-Al principio recogía 20 celulares por curso -dice la paradocente-. Hoy, en los tres cursos que tengo a cargo, recogí cuatro.Juanita González explica que la mayoría de los alumnos ha optado por dejar de traer el celular al colegio. Pero reconoce que hay algunos rebeldes."Todo empezó por una discusión por WhatsApp. El problema se fue agrandando, hasta que un día, en el segundo piso (del liceo), tuve una pelea con una compañera. Y después tuve otra, que se hizo viral por las redes sociales y ella denunció", dice A., de 17 años, una de las protagonistas del conflicto que desencadenó la medida de prohibir los celulares en el Liceo Jorge Alessandri.A. está sentada en la oficina del director del liceo, en el tercer piso del establecimiento. Lleva puesto el uniforme del colegio -falda gris y suéter rojo-, y tiene los ojos maquillados con sombra naranja. Es alumna del primero medio H, al igual que lo era D., de 16 años, la compañera con que peleó en abril pasado en un recreo, luego de haberse insultado y agredido mutuamente por el WhatsApp del curso. "Se exacerbaron los...
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