la ley de ricardo darín
Ricardo Darín es un hombre de relaciones largas: lleva 28 años casado con la misma mujer, Florencia Bas, aunque tuvieron un alejamiento de dos años. Y suele hacer una obra de teatro por largo tiempo. Entre 1998 y 2010 protagonizó Art en Argentina y en España. Escenas de la vida conyugal, bajo la dirección de Norma Aleandro, la está presentando desde 2013.
Las películas son otra cosa. Una por año, al menos. Ya lleva 28, desde que hizo El mismo amor, la misma lluvia, en 1999. La cinta, de Juan José Campanella, fue su salto a las grandes ligas, a los filmes de calidad. Antes, su vida se debatía entre el teatro y las teleseries, como Estrellita mía, con Andrea del Boca, donde "era solo un galancito", según él mismo recuerda ahora.
-He sido un tipo con suerte. Siempre tuve gente que me abrazó, que se peleó por mí para que yo hiciera cosas mejores -dice luego, más calmado, en entrevista con revista "Sábado".
Esta no es la primera vez que está en Chile. En 2009 estuvo cuatro meses viviendo acá mientras rodaba el filme El baile de la victoria, de Fernando Trueba. De esa época, recuerda, le quedaron grandes amigos, a los que que no ve con toda la frecuencia que quisiera.
-Este trabajo a uno no lo deja frecuentar demasiado a nadie -comenta, medio resignado.
La misma regla, de no tener tiempo, es la que lo rige también con su mujer y sus dos hijos.
-Es una vida complicada, pero ellos son muy generosos conmigo. Toda vez que pueden me acompañan, a veces de a uno, otras de a dos. Es una fiesta cuando me acompañan los tres. Pero ahora es más difícil, mi hijo mayor está trabajando mucho.
Ricardo Darín se refiere al Chino, su hijo de 27 años, quien ha tenido una carrera meteórica como actor. De hecho, ahora está filmando una película con Trueba en España, junto a Penélope Cruz. También tiene una postulación a los premios Martín Fierro, por su participación en Historia de un clan, serie que realizó en Telefé con Cecilia Roth.
-En una entrevista dijo que no sabía si él se merecía el premio, porque había actores con mucho talento. Es usted un padre exigente.
-Yo dije que se lo merecía más como persona que como actor. Y me sacaron de contexto como que no se lo merece; el recorte que hacen los periodistas es así. Yo lo admiro porque es muy bueno y está haciendo su propio camino. Después dije, hay que ser malnacido para sacar una frase de contexto y enfrentar a un padre con su hijo. Si él no me conociera, y la relación que tengo con él no fuera la que es, esto nos podría haber provocado problemas graves.
Ricardo Darín es hijo de actores y desde que tiene uso de razón las tablas fueron su mundo. Debutó en un escenario a los 10 años.
-¿Cree que es distinto el mundo actoral que enfrenta su hijo al que le tocó a usted?
-Hay cosas que ocurren y que siempre ocurrieron, como el desparpajo y la vorágine de ser actor, pero ahora hay un cambio muy fuerte: un chico puede tener acceso a la popularidad sin tener un handicap que lo avale, y eso hace mucho daño. Una persona que no tiene una preparación adecuada y se enfrenta al éxito es tremendo.
"¿Y sabés lo que ha hecho más daño? -pregunta, mientras baja la voz-. El Gran Hermano. Los transforman en estrellas mediáticas de la noche a la mañana y después los abandonan. Les hacen tocar el cielo con las manos y después los sueltan. Yo no me la quiero agarrar con Gran Hermano, pero es la demostración de cómo se puede acceder a una gran popularidad, sin tener nada de qué hablar más que de vos mismo. Es un ejercicio perverso el que los...
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