La lengua de los orcos - 18 de Enero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 553237630

La lengua de los orcos

Y así no tendrá que pedir perdón.

Una cosa es el arco y sus dimensiones, otra distinta y mayor, es lo que carga sobre sus espaldas de ídolo o de referente histórico, para los suyos.

Esa responsabilidad es lo menos que se le puede pedir y lo mínimo que se le debe exigir a un jugador que pertenece a una institución con los nombres de la universidad y del país.

Primero: la brutalidad de Herrera con sus dichos y porque tiró la piedra inicial en la radio ADN.

Segundo: la respuesta hiriente en 145 caracteres de Emiliano Vecchio, que por Twitter devolvió una roca.

Tercero: el carbón tuitero del preparador físico de Colo Colo, que se metió de metido e imprudente en el fango.

El primero puso en duda la fe religiosa y la coherencia del segundo.

El segundo le recordó una muerte terrible y nocturna.

Y el tercero quiso insultar al primero.

Lo que hace un episodio de esta naturaleza es emporcar el oficio de futbolista y avivar las feroces llamas que incendian la pradera de los clásicos y los estadios inseguros.

Estos dichos y frases claman a las barras bravas de uno u otro equipo. Son aceite hirviendo y acumulado, que es la catapulta de la basura, el piedrazo y el garabato.

Son frases incendiarias y vergonzosas.

Son miseria caminando.

Son el raspado de la olla.

A la clase de los futbolistas le costó derribar la leyenda negra, pero lo lograron, porque los rivales y críticos eran numerosos, organizados y existían.

Esa mitología oscura hablaba de hombres cabeza de músculo o de pelota, que es lo mismo. Gente de frente estrecha que no habían sido educados de ninguna...

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