La lengua y la mundialización. - Núm. 36, Marzo 2006 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56845702

La lengua y la mundialización.

AutorThallium, Michael

Esencialmente, lo que diferencia al ser humano de los animales es la lengua, y no me refiero al músculo que nos ayuda a articular sonidos y conformar palabras, sino a la capacidad de pensar con palabras. Somos esencialmente verbales, nos pasamos la vida hablándonos a nosotros mismos. Eso precisamente es lo que nos hace humanos. Al nacer, tenemos alrededor de nosotros a personas que emiten sonidos y que nuestro cerebro va registrando hasta que, por arte de birlibirloque, un buen día, surge de nuestra boca un sonido con forma de palabra. Aprendemos sonidos por imitación, luego asociamos esas palabras sonoras con objetos y luego con conceptos. El mundo lo pensamos con palabras. Igual que aprendemos una lengua, aprendemos el mundo. Nos dicen esto se dice así o no se dice así; esto es la Tierra, esto son los océanos, esto es Asia, esto es China, aquí hablamos chino, esto es Pekín, este eres tú. Con el paso del tiempo, uno se va dando cuenta de que las cosas no son como uno las ha aprendido. Así como la lectura sirve para aumentar el vocabulario--el verbo, la palabra--, así viajar aumenta los puntos de vista. Lengua es cultura, no solo palabras.

Hace años tuve oportunidad de servir de intérprete a un señor húngaro de cincuenta y tantos años que vino a España para informarse del funcionamiento de las cooperativas. Nos entendíamos en inglés. Recuerdo que el último dia de su estancia, mientras almorzábamos, mantuvimos una conversación muy interesante. Al decirle yo cuán curiosa me resultaba la situación de comunicarnos y entendemos en inglés, siendo él húngaro y yo español, me relató una anécdota que le ocurrió cuando era chico y fue a visitar a un amigo de su padre en Budapest. Quedó fascinado al ver que en aquella casa había una biblioteca. El buen amigo paterno, un señor mayor y sabio, lo puso encima de sus rodillas y le dijo: "¿Ves todos esos libros? Eso es el mundo. ¿Ves esa estantería pequeñita de ahí? Esos dos libros son húngaros. Aquella estantería más grande y con más libros contiene libros alemanes, y aquella todavía más grande, son franceses. ¿Ves aquellas tres estanterías? Rusos. Y toda aquella pared, españoles. Y todas aquellas estanterías, ingleses. Y aquellas dos paredes, chinos. Si solo hablas húngaro, esa es la pequeña parte del mundo que conocerás. Cuantas más lenguas hables, mejor conocerás el mundo".

No creo en el determinismo lingüístico, aunque es obvio que una lengua determina con quién puedes comunicarte. Si hablo vasco, por...

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