Legumbres, la cojera que desnudó el coronavirus - 22 de Junio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 845449097

Legumbres, la cojera que desnudó el coronavirus

"El garbanzo es rústico y agradecido", dice Ramón Vallejos, agricultor y ganadero de Chépica, con más de 35 años en la actividad. Vallejos ha seguido cultivándolo porque son pocas las opciones que tiene para su campo de rulo. A este cultivo le reconoce una gran nobleza. "Después de garbanzos casi siempre pongo semilla certificada de trigo, porque seguro que se dará bien". Con eso alude a la propiedad de las leguminosas de mejorar el suelo al fijarle nitrógeno.Y ni hablar como alimento. "Con los porotos y las lentejas son las proteínas más sanas y baratas. Ya vemos cómo ha subido la carne. Además, se pueden guardar y no se echan a perder", agrega.Vallejos antes producía 50 hectáreas, pero ha ido bajando. En los últimos años estaba plantando entre 10 y 15 hectáreas, pero, por la sequía, esta temporada puso solo seis.Mientras, en las ciudades, por estos días la cuarentena ha obligado a sus habitantes a revalorizar las legumbres. Fue sorpresivo en un momento no encontrarlas y enterarse de que la mayor parte es importada, ya que la producción nacional es mínima. Perdió la competencia con el producto que viene de Norteamérica y Argentina, principalmente, y también bajó el consumo.Así, el dicho 'más chileno que los porotos' ha quedado desacreditado. La pandemia del coronavirus, y el momentáneo quiebre de stock , dejó al desnudo que el país ya no produce estos alimentos y, por tanto, no tiene la seguridad de contar con ellos en un momento de emergencia."En 1990 se sembraban cerca de 91 mil hectáreas de legumbres -porotos, lentejas y garbanzos- y hoy tenemos 12.800. Es una diferencia muy grande. En el caso de los porotos, producimos más o menos la mitad de lo que consumimos, pero en lentejas y garbanzos importamos cerca del 97% (ver infografía)", destaca María Emilia Undurraga, directora nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Odepa.Aclara que si bien en la última década el consumo se había mantenido estable, tres kilos per cápita, en los últimos meses aumentó, aunque es difícil saber si eso se mantendrá. Agricultores consultados piensan que tendrán al menos otra temporada con demanda alta."La situación no solo pone en evidencia la fragilidad de nuestra seguridad alimentaria, sino también la pérdida de soberanía colectiva sobre la producción y consumo de alimentos, quedando a merced de decisiones económicas y de los vaivenes del mercado", plantearon en una declaración pública los académicos de la Universidad de Chile Daniel Egaña Rojas, Lorena Rodríguez Osiac y Cecilia Baginsky Guerreo, del Grupo Transdisciplinario de Obesidad de las...

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