El legado de María Cristina Quiroz - 27 de Febrero de 2024 - El Mercurio - Noticias - VLEX 1024316816

El legado de María Cristina Quiroz

E l altar en el santuario de Shoenstatt en La Florida estaba repleto de flores blancas y amarillas. No había otra forma de despedir a María Cristina Quiroz (de Tagle, como le gustaba ser llamada según su familia). No es solo por lo importante que fue para sus nueve hijos, 45 nietos y 30 bisnietos, sino por su trabajo en la formación del mismo templo en el que fue despedida.-Llegó con mi papá (Guillermo Tagle) a vivir a La Florida el año 58, al año después de casarse, para ayudar en las actividades de la parroquia. Pero en ese tiempo no había nada, era como irse a vivir al campo -cuenta Guillermo Tagle, el segundo de sus hijos.Pero Quiroz no dejó su trabajo ahí. Siguió trabajando activamente en la comunidad Shoenstatt, fue la directora de la revista Vínculo del mismo movimiento religioso, viajó tanto por Chile como en otros países de Latinoamérica para ayudar en la expansión de la organización, fue una de las cofundadoras de los colegios Monte Tabor y Nazaret y trabajó en un Centro de Madres en La Florida.-¿Han llegado testimonios que no conocieran?-A los nueve hermanos nos han llegado testimonios y mensajes de gente que mi mamá ayudó, que les hizo charlas para prepararlos para el matrimonio con mi papá o que jugaban tenis con ella. Y cada actividad es otra expansión de olas de personas que recibieron mucho de ella, que los tocó de alguna forma.Una actividad que realizó por años, recuerda su hijo, fue la preparación de parejas jóvenes antes de contraer matrimonio. Y aunque es algo que hacía a cualquiera que se acercara a la parroquia, él mismo fue uno de sus aprendices:-Cuando yo me casé me lo ofrecieron. Lo habían hecho para tantas parejas, que querían también ayudarnos a nosotros con mi señora. Nos fuimos un fin de semana fuera de Santiago y fue un curso compacto. Ahí pude ver un poco de esa vida casi apostólica que tenían.María Cristina Quiroz conoció el Movimiento Shoenstatt cuando estudiaba en el Colegio Villa María. Desde entonces, no lo dejó y su actividad, asegura su hijo Guillermo, solo creció al casarse:-Alguien me dijo por ahí que la particularidad de mis papás es que nunca decían que no. Todo lo que les pedían, decían bueno. Así que siempre quedaban metidos en muchas actividades.Por lo mismo, recuerda, decidieron nunca dejar su casa en La Florida, al lado del santuario Shoenstatt:-Fue una decisión radical. Nunca hubo posibilidades de que se fueran de ese lugar, hasta el final de su vida. Mi padre y mi madre murieron en esa casa que tuvimos toda...

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