Legado exterior de Obama: cerró viejos conflictos, pero abrió nuevos flancos - 16 de Enero de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 658155525

Legado exterior de Obama: cerró viejos conflictos, pero abrió nuevos flancos

Cuando le quedan días para dejar en el poder, la hora de los balances llega a la gestión exterior de un Presidente que quiso llevar la "audacia de la esperanza" a distintos rincones del mundo donde, técnicamente, Estados Unidos podría "liderar desde atrás" -y no en primera línea como de costumbre-, para motivar a sus socios a encontrar soluciones comunes a problemas comunes. Se trató de una apuesta arriesgada y ya con el peso de la prueba encima, la Doctrina Obama parece haber terminado por confirmar lo que muchos advirtieron: cuando el liderazgo de Washington no está presente, es reemplazado por actores más decididos.

En un completo estudio sobre la influencia de la Presidencia en la configuración de la política exterior de EE.UU., el profesor de Harvard Joseph Nye diferenció los liderazgos de los mandatarios entre inspiracionales y pragmáticos, mientras que sus objetivos son transformacionales o de mantención del statu quo .

Siguiendo esta línea, se podría decir que en su primer mandato Obama apuntó a transformar el mundo con la inspiración (su discurso en El Cairo, donde aclaró que EE.UU. no estaba en guerra con el islam, es un ejemplo).

El choque con la realidad, no obstante, le mostró que la política internacional no es un lugar para débiles, y en su segundo mandato apostó por sancionar a Rusia por sus campañas militares y las misiones navales para defender la libertad de navegación en el mar del Sur de China. Tuvo que volverse más pragmático para intentar mantener los principios del orden mundial liberal de la posguerra cuando ya se agrietaban.

No todo lo que ocurrió en sus ocho años en el poder se le puede achacar a Obama; sin duda, las dinámicas regionales y locales tuvieron una influencia. Sin embargo, el aumento del riesgo geopolítico global coincide con el hecho de que Estados Unidos ha cambiado su papel hegemónico por uno preponderante. Y es sabido que en la política no hay vacío de poder.

Lo cierto es que, al dejar su Presidencia con 55% de popularidad -más que su antecesor, George W. Bush-, el Presidente número 44 ya está siendo testigo de cómo su legado va camino a ser desmantelado por la llegada de los halcones de Donald Trump al Pentágono, al Departamento de Estado y varias agencias gubernamentales. A continuación, un balance de la marca en el mundo de sus ocho años en el poder:

A favorAcuerdo nuclear con Irán

El acuerdo de desnuclearización de Irán a cambio del levantamiento de sanciones económicas, conseguido por Estados...

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