Lecciones del caso argentino - 28 de Abril de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 715317609

Lecciones del caso argentino

Una correcta conducción económica permitió que, a principios del siglo pasado, la economía argentina destacara como una de las más ricas del mundo. En 1900, el ingreso per cápita de Argentina era similar al de Alemania y Canadá, y equivalía a un 85% del estadounidense. Así, en 1910 Argentina ocupaba el noveno puesto a nivel global en ingreso per cápita. Un pilar fundamental tras la prosperidad que gozaba el país trasandino en aquel entonces fue el establecimiento de condiciones apropiadas para el desarrollo de proyectos de inversión, lo que se tradujo en un crecimiento de 4,8% anual del stock de capital entre 1890 y 1913 y una inmigración de calidad que reforzó la fuerza laboral.

A partir de 1930 es posible identificar los primeros signos del despilfarro del potencial económico del país vecino, entre los que destacan un sostenido aumento del gasto público, fuertes alzas inflacionarias, la adopción de políticas proteccionistas y la introducción de impuestos que desincentivaban la adquisición de bienes de capital. Paralelamente, la calidad de las instituciones cada vez se deterioraba más y se incurría en un constante incumplimiento de compromisos. Todos los fenómenos descritos se terminarían profundizando con el transcurso de los años, lo cual está asociado al mediocre desempeño económico, graves recesiones, inestabilidad política e incertidumbre generalizada. La combinación ha representado por décadas una pesada carga que bloquea las decisiones de inversión en el país trasandino y, por cierto, las aspiraciones de mayor bienestar de los argentinos en la actualidad.

El esfuerzo restaurador

Desde esa perspectiva, es necesario entender los inmensos esfuerzos que ha realizado el Presidente Mauricio Macri para recuperar la confianza de los inversionistas. Más allá del entusiasmo con que se inauguró esa administración, las cifras están demostrando que la tarea es más difícil de lo que se creía inicialmente: luego de llegar a la Casa Rosada en 2015, el primer mandatario prometió una "lluvia de inversiones" para el año siguiente, lo cual finalmente no se materializó. De hecho, sucedió todo lo contrario, ya que en 2016 la economía argentina cayó en recesión y la inversión extranjera directa se redujo a la mitad. Recién en 2017 la inversión dio señales positivas, lo cual sería una respuesta a las reformas estructurales introducidas por el gobierno durante los primeros años de su gestión. Reformas estructurales de calidad son condiciones necesarias...

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