Lecciones de una campaña - 20 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 699341081

Lecciones de una campaña

Para explicar la principal de todas -que enseña, de paso, cómo será la política en el tiempo que viene- es útil intentar responder una pregunta: ¿De qué dependen las preferencias electorales de la gente?

Una parte de la literatura sugiere que las preferencias políticas dependen de clivajes preexistentes, de las posiciones materiales o simbólicas que las personas poseen en la estructura social (esta fue la famosa tesis de Lipset y Rokkan). Por lo mismo, se seguía de esta tesis, si usted conoce los diversos clivajes (la literatura incluso los clasifica), usted podía predecir en grandes números la adhesión política. Otra parte de la literatura, en cambio (por ejemplo las investigaciones de Lijphart), pone el énfasis en la agenda de temas de los partidos como la variable independiente que, solo parcialmente enlazada con el clivaje, tiene gran influencia en las preferencias de los ciudadanos.

Pues bien, lo que enseñan los resultados de esta elección presidencial (que ya se insinuaban desde la elección municipal) es que los viejos clivajes de la sociedad chilena, la clase social, la adscripción religiosa, la ruralidad, etcétera, no son predictores fieles de la adhesión política ni hacen probable la adhesión a la agenda temática de los partidos.

Y lo más seguro es que esos viejos clivajes importen cada vez menos.

¿Por qué?

La razón es tan obvia que parece majadero recordarla.

Lo que ocurre es que la sociedad chilena se ha modernizado (y aunque la izquierda se avergüence, ello fue su obra). Y como la literatura lo muestra hasta el hartazgo, cuando eso ocurre (cuando las condiciones materiales de la existencia cambian) los seres humanos se individualizan, la vida se vuelve más electiva, se desancla de aquello que antes permitía definirla, y los ciudadanos se vuelven más indóciles, su comportamiento rehúsa ser comprendido.

Lo anterior no significa, desde luego, que no exista clivaje alguno o que no haya posición simbólica que influya en las decisiones de la gente.

La hay, desde luego, pero ella no es una posición en el sistema productivo, sino una experiencia vital.

Una experiencia vital.

Se trata de la experiencia de haber cambiado la vida y sus condiciones materiales en breve lapso, accediendo a un bienestar que la propia memoria familiar no atesoraba. Esta experiencia vital -una experiencia de autonomía, de confianza en las propias fuerzas que es lo que alimenta el ideal meritocrático y que es la biografía hoy...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR