Una lección en las faldas del Mocho-Choshuenco - 22 de Septiembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 812806377

Una lección en las faldas del Mocho-Choshuenco

Fue la noche anterior, justo antes de llegar a la base nevada del volcán Mocho-Choshuenco, cuando nos dimos cuenta de que la situación sería complicada:"Mañana va a estar entrando una tormenta".De pie en un escenario, Isidora Assler hablaba con la calma de la experiencia. Claro: para ella, una snowboardista profesional acostumbrada a los vaivenes climáticos de la montaña, y una de las guías de Entre Lengas -el evento que en ese momento nos tenía reunidos en el hotel Huilo Huilo, en la cordillera de la Región de Los Ríos-, que hubiese una tormenta no era algo extraño.El problema era que, entre quienes la escuchaban, no solo había experimentados. Por el contrario, para muchos esta sería la primera vez en la nieve.La idea de este evento era, fundamentalmente, de aprendizaje: pasar dos días acampando en las faldas del Mocho-Choshuenco, quizás el destino outdoor más emblemático de esta región, y desde ahí optar por tres actividades: subir hasta su cumbre, practicar randoné en sus laderas o, simplemente, caminar con raquetas de nieve por los alrededores."El objetivo del Entre Lengas es educativo", había dicho unos días antes Erwin Martínez, el energético organizador de este evento que lleva ya tres años y que está hecho por puro amor al arte o, mejor dicho, a la montaña: todos sus responsables son montañistas voluntarios y amigos que se juntaron para promover esta disciplina y ayudar a fomentar, como ellos suelen repetir, la cultura outdoor en Chile.Así que en esta ocasión no solo habría esquiadores, snowboardistas o miembros de clubes de montaña muy bien equipados, sino también alumnos de la carrera de turismo de la Universidad Austral, estudiantes de liceos técnicos de Valdivia, voluntarios de un programa del Injuv, una serie de profesores y monitores a cargo de ellos, miembros de Sernatur y, también, simples aficionados que se enteraron por redes sociales del evento y se inscribieron para ver cómo era esto del andinismo.Algunos sabían bien a lo que venían. Otros llegaron hasta con zapatillas.Día cero. La preparaciónTodo comenzó un nublado viernes de septiembre en Valdivia. Allí, a mediodía, nos encontramos con la Mahindra cargada de equipos de Erwin Martínez y pronto partimos hacia Huilo Huilo, en un viaje de tres horas que nos llevó a lo largo del río San Pedro y los pueblos de Los Lagos, Panguipulli y Neltume."Para todos fue una sorpresa que esta vez hubiera tantos inscritos", iba diciendo Erwin Martínez, mientras por la ventana aparecían los típicos campos verdes del sur.Las dos veces anteriores, el Entre Lengas se había realizado en los remotos parajes del Cordón del Caulle...

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