Justicia Civil: el largo camino para el reconocimiento de una paternidad
En su casa de Los Andes, formada por su padre Daniel, chofer de camión; su madre Elena, asesora del hogar y sus cuatro hermanos, no había abundancia. Pero era un hogar tranquilo y todos aportaban al sustento.
Desde pequeño, Cristian cuidó autos en las afueras del cementerio. Fue "pitufo" (empaquetador) en el desaparecido supermercado Marmentini. Ya como adolescente, trabajó como temporero de la uva.
Paralelamente, estudiaba una carrera técnica. Hoy es el encargado de operaciones de una empresa de transportes.
Eso, hasta el año 2005. En abril o mayo recibió una llamada urgente de su abuela Felicinda. Le pidió que viajara a Los Ángeles. Y le contó que su padre no era su padre. Que su verdadero progenitor era Rodolfo Ernesto Pinochet Ríos, su ex patrón, quien había fallecido a los 58 años el año anterior.
El agricultor nunca se casó ni dejó descendencia. Doña "Chinda" le dijo que tenía que defender sus derechos, porque los hermanos de Pinochet se estaban quedando con todo. Y el único hijo biológico es Cristian, nacido de una relación esporádica de verano entre Elena -hija de Felicinda- y Rodolfo Pinochet.
Don Rodolfo era propietario de nueve fundos. Uno de ellos, el fundo Calleuque, tiene más de 1.100 hectáreas. La cordillera de Antuco, por ejemplo, donde murieron los soldados, es toda de su propiedad. Cuando estaba vivo, autorizaba al Ejército a ocupar esos predios para las campañas. Su fortuna está calculada en más de $ 4 mil millones.
Al conocer la verdad, Cristian se acercó a la familia Pinochet Ríos. Recibió un portazo en las narices. "Entonces, decidí luchar por lo que era mío", cuenta. En 2005, el abogado Rodrigo Lillo, del estudio Marinovic y Asociados, demandó por paternidad.
El primer examen de ADN del Servicio Médico Legal arrojó un 99,9% que era hijo de don Rodolfo. Pero la sucesión pidió un segundo examen a una institución privada. Lo hizo el Hospital Clínico de la Universidad Católica. ¿Resultado? otra vez un 99,9% de certeza que era hijo del latifundista.
Ganaron en primera y segunda instancia. El juzgado y la Corte de Apelaciones le dieron la razón a Cristian. Pero siguieron los recursos, uno de los cuales está pendiente en la Corte Suprema. "La intención, si duda, es dilatar lo máximo posible para usufructuar de los bienes", explica el abogado Lillo.
Ya van siete años de espera con la actual justicia civil. Y hay otros siete por delante -según calcula el profesional- para litigar y recuperar la...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba