La larga tarea de las bibliotecas tras el terremoto - 27 de Noviembre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 230250074

La larga tarea de las bibliotecas tras el terremoto

En julio, en cambio, eran 35.

Desde los primeros días, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) se dedicó a reponer el equipamiento desaparecido y el servicio de internet. En muchos casos ya existen proyectos para construir nuevas sedes, pero aún faltan recursos, ya sean municipales o del gobierno.

Las comunidades han sido claves en este proceso, pues desde un principio colaboraron en el salvataje de los libros y en su reordenación. Un compromiso que obedece al cambio que han tenido las bibliotecas en la última década.

"Ya no tienen sólo libros 'buenos', están pensadas en función de la comunidad. Se acabaron las estanterías cerradas y se pueden encontrar libros de moda o de cocina. Los adultos van a leer cómics", dice Oyarzún. "Es importante el tema político: las bibliotecas deben hacerse cargo del acceso a la cultura y a la información, y de la lectura, no de que la industria editorial goce de buena salud. En muchas partes, la biblioteca es el único espacio público con acceso gratuito a internet, en banda ancha, y con buenos equipos".

Efectivamente, es el único acceso a internet en una de cada tres comunas del país. La conexión es gratuita, tal como la alfabetización que brinda el Programa BiblioRedes desde 2002. Su coordinadora nacional, Paola Gallegos, comenta: "Fue crítico el servicio de conectividad justo después del terremoto; era vital para obtener ayuda de parte del gobierno central".

En Constitución, cuenta, nunca se cortó internet, tampoco en Coronel, que se convirtió en el centro de operaciones de Carabineros, la Armada, la municipalidad y los bomberos.

"Las comunidades han captado que la biblioteca pública les ofrece la posibilidad de ser parte activa de la sociedad de la información y del conocimiento. La gente va a leer, pero también a comunicarse con su familia que está lejana, a buscar trabajo, a ofrecer trabajo. Y por eso las usan y valoran", apunta Magdalena Krebs, directora de la Dibam.

CURACAVÍ

"La biblioteca quedó inhabilitada, no hubo más alternativa que demoler. Cerramos todo un mes y después se buscó un local provisorio, una sede comunitaria, donde estuvimos funcionando con todos nuestros servicios hasta fines de octubre. Ahora nos pidieron ese recinto, así que nos estamos reinstalando en uno mucho más grande", cuenta Rosa Oyanedel, encargada de la Biblioteca de Curacaví. Es que de 40 metros cuadrados, pasó a 80, que podrían seguir creciendo: el municipio elaboró un proyecto para una nueva biblioteca...

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