El otro lado de orlando - 2 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 541807298

El otro lado de orlando

A una hora en auto de Orlando (en realidad, todo debe hacerse en auto aquí: casi no hay veredas), hay varias razones que justificarían darse una vuelta. Una de ellas se explica con una frase que se repite a menudo: "Esto es como la Florida de antes". Es decir, antes cuando no todo estaba invadido por centros comerciales ni había tantos resorts ni turistas con niños dando vueltas.

Aunque también está súper urbanizada, la zona de Central Florida es algo así como la parte más "granjera" que va quedando en el estado, donde están las enormes plantaciones de naranjas, donde aún quedan sorprendentes áreas verdes y donde los caimanes (o alligators en inglés, que se diferencian de los cocodrilos, entre otras cosas, porque son más anchos y cortos) viven en cantidad. De hecho, hay tantos caimanes que comer su carne es otra experiencia típica de esta zona.

Pero a no equivocarse: no es que esto sea pura naturaleza ni una rareza en un destino súper popular. Esto sigue siendo Florida al fin y al cabo. Y estas son buenas razones para descubrirlo.

Uno. Los bloques más famosos

Para alguien que ya vio los parques clásicos, y busca algo diferente, este parque inaugurado en 2011 (el segundo en Estados Unidos; el otro está en Carlsbad, costa de California) puede ser una buena alternativa. Más aún a partir del verano boreal de 2015, para cuando está anunciada la apertura de un hotel con cuartos temáticos que se construirá al lado de los juegos (hoy la opción es quedarse en los hoteles de ciudades cercanas e ir por el día).

Legoland es eso: un mundo diseñado con los famosos bloques de plástico creados por el danés Ole Kirk Christiansen en los años 30; los mismos que han cautivado a generaciones y sobre los cuales ya se han hecho hasta películas. Ojo eso sí: este es un parque pensado para niños chicos, de 2 a 12 años, quienes lo disfrutarán mucho más si son aficionados a la marca. A los adultos les queda subirse a uno que otro juego y, sobre todo, admirar.

Cada rincón del parque está adornado con estas figuritas: hay personajes hechos en tamaño real, y dinosaurios también en tamaño real, todo hecho con Lego. Es una verdadera ciudad con tiendas, fábricas de Lego, restaurantes y, desde luego, montañas rusas y autitos eléctricos y carruseles y sillas voladores y castillos con personajes de la marca, como el dedicado al Mundo de Chima y shows con personas disfrazadas de figuritas, y un parque acuático con toboganes que funciona en verano, entre otras cosas. Pero nada...

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