El lado Coliqueo de Beausejour - 23 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 525149890

El lado Coliqueo de Beausejour

Hoy, con 30 años recién cumplidos, Beausejour dice que sigue siendo del mismo barrio, que en realidad no siente que se haya ido del departamento donde vivía, en un edificio de blocs, ni que haya dejado la cancha de baby que estaba allí, justo al lado, donde se quedaba a veces de madrugada jugando con sus amigos, "hasta que me agarraban de las mechas para que me fuera a acostar, porque al otro día tenía clases".

Trata de ir todas las semanas para allá. Su abuelo Andrés aún vive ahí y Beausejour lo visita con su hijo de 6 años, Joaquín. "Por las circunstancias de la vida y por lo que es este país, uno tiene que irse a otros barrios, pero lo ideal sería que uno pudiera desarrollarse en el mismo ambiente siempre. Lamentablemente, las oportunidades en Santiago y en Chile solo están en algunos sectores, y uno tiene que emigrar, pero mi barrio todavía sigue siendo parte de mí", afirma.

De regreso tras una década jugando en Suiza, Bélgica, Brasil, México e Inglaterra, Beausejour dice que su traspaso a Colo Colo tiene un simbolismo especial, porque lo conecta con sus ancestros mapuches, algo de lo que se siente orgulloso.

Desde pequeño nunca dejó de visitar a sus tíos, sus primos y sus amigos en Alto Huilío, un lugar alejado, donde hace poco, afirma, instalaron el primer teléfono público. "Tenemos suerte de tener casa allá y para mí ha sido parte de mi existencia, de mi infancia, de mi adolescencia, de mi vida de adulto, ha estado presente en todas las etapas de mi vida".

Sus recuerdos de infancia incluyen salir a las seis o siete de la mañana con su primo Manuel a dejar bueyes, caballos y ovejas para que fueran a pastar. "Para nosotros era una aventura; para ellos, un trabajo. Nosotros decíamos qué lindo ir a dejar a los animales a pastar, pero me imagino que en el invierno era algo terrible. Después de eso tomábamos desayuno en familia: leche, ulpo, tortilla al rescoldo que hacía mi abuela. Luego teníamos tardes interminables con mi primo, en las que salíamos al campo sin hora de retorno, y cuando nos pillaba el hambre lo pasábamos comiendo mora y maqui, o bien nos deteníamos en una casa y resultaba que eran familiares. Recién cuando veíamos que la noche iba creciendo nos devolvíamos a la casa", recuerda.

Hoy mira esa etapa de su vida con nostalgia. Se acuerda de que a fines de febrero, el principal panorama era ver el Festival de Viña del Mar por televisión y que con su tío Félix viajaba cinco horas en carreta para ir a un lugar donde les cargaran la batería, porque no había luz.

La electricidad llegó recién hace unos años a la localidad y su extensa familia ya se ha juntado para ver los partidos de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, en los cuales él se convirtió en el primer chileno en anotar goles en dos mundiales consecutivos. "Es una alegría inmensa, porque ya hacer un gol en un Mundial es un sueño de pequeño, y hacer dos en dos mundiales consecutivos me llena de orgullo y de felicidad, porque sé que la gente que me quiere disfruta con eso. Incluso eso me da más felicidad que el mismo gol", dice.

En Alto Huilío está su tía Fidelina Paillán, quien le prepara sus comidas favoritas. "Me gusta el asado al palo, las cazuelas de ganso, el muday (licor mapuche a base de trigo), todo lo que tenga que ver con mi tierra. Se hacen muchas fiestas y comidas, pero no porque vaya yo, sino porque los familiares reciben muy bien a la gente de Santiago. Además, los niños de la escuela de la comunidad me hicieron uno de los homenajes más lindos que he recibido en mi vida hace tres años".

Fidelina Paillán es esposa de Humberto Coliqueo, tío de Beausejour e hijo de...

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