EE.UU. y kurdos lanzan ofensiva por tierra y aire para recuperar estratégica represa de Mosul
La aviación estadounidense y las tropas kurdas lanzaron una de las mayores ofensivas en contra del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, para recuperar de las manos yihadistas la estratégica represa de Mosul, la más importante del país y que se teme podría ser usada como un "arma" contra la población.
Los ataques de los cazas F-18 estadounidenses se iniciaron en la madrugada de ayer, y continuaron con el avance kurdo por tierra. "Habrá un progreso significativo en las próximas horas y vamos a recuperar el control de la presa de Mosul", señaló el general kurdo Abdelrahman Kurini, quien dijo que más de 28 insurgentes murieron en la ofensiva.
La represa de Mosul es una de las principales reservas estratégicas de agua de Irak, con una capacidad de varios millones de metros cúbicos y está localizada a 23 kilómetros al suroeste de la ciudad de Dohuk, en la región del Kurdistán. Suministra agua y electricidad a la mayor parte de la región y es indispensable para la irrigación de vastas zonas de cultivos, pero además constituye una amenaza importante para las ciudades iraquíes en caso de producirse un colapso de la misma, ya que está situada en suelo arenoso, por lo que necesita de una continua inyección de cemento. Uno de los temores de las autoridades iraquíes es que el EI la pueda usar para inundar una enorme zona.
La primera fase de la ofensiva se centró en cuatro aéreas cerca del embalse, cuyo control cayó en manos del EI el pasado 8 de agosto, así como en el paso de Rabia y las localidades de Mahmudia, Telskuf, Zumar y Tilke.
El general Kurini aseguró que producto de los bombardeos un número indeterminado de yihadistas huyó hacia la localidad de Telafar, 70 kilómetros al oeste de Mosul. Para evitar su escape, los cazas de EE.UU. destrozaron una gasolinera utilizada por los insurgentes para repostar sus vehículos y abrieron fuego sobre varias camionetas "hummer" en que se desplazaban.
Según confirmó el Pentágono, EE.UU. realizó nueve ataques aéreos, en los cuales destruyeron cuatro vehículos blindados de transporte de tropas, siete vehículos armados, dos vehículos militares Humvee y un carro blindado.
La ofensiva se produjo poco después que las autoridades y testigos denunciaran una "masacre" perpetrada por los yihadistas en el pueblo de Kocho, a 150 km al sudoeste de Mosul, en la que murieron más de 80 miembros de la minoría kurdohablante no musulmana de los yazidíes.
"Se vengaron de sus habitantes, que resultaron ser en su mayoría...
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