Kuczynski, el Presidente improbable de Perú - 22 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 699495241

Kuczynski, el Presidente improbable de Perú

Ese fue solo uno de los muchos desafíos que Kuczynski debió sortear en su improbable ascenso al poder. Una carrera en la que este ex banquero, que hasta hace poco se enorgullecía de "no ser político", ha aprendido a la fuerza varias de las leyes no escritas de la política peruana: las mismas que hoy lo tienen contra las cuerdas en el Congreso.

Ya en 2011, en su primera campaña presidencial, se dio cuenta de que su apellido para muchos era impronunciable, y lo simplificó con el acrónimo "PPK". Todo un golpe de efecto de marketing político, que en un principio le sirvió para cuestiones triviales, como nombrar a su simpática mascota, el "PPKuy", pero que se tornó en algo más serio cuando denominó así a su nuevo partido, Peruanos por el Kambio (PPK). Entonces entendió también que necesitaba verse "más peruano", o al menos como un "gringo acholado" -tal como ironizó la revista Caretas-, y así fue como en los mitines no dudó en sacar su flauta traversa (es concertista del Royal College of Music) para tocar huaynos andinos.

De un día a otro, de manera inesperada, en 2011 pasó de ser un candidato testimonial, aquellos que tienen apoyos dentro del margen de error, a ser un fenómeno electoral que por poco se mete en el balotaje. Y quedó en pole position para la elección en 2016.

Muchos pusieron en duda que llegara en forma a esos comicios, debido a su avanzada edad. Sin embargo, Kuczynski, actualmente de 79 años, se convirtió en julio de 2016 en el Presidente más veterano en la historia de Perú, superando en una electrizante segunda vuelta a Keiko Fujimori, a quien casi doblaba en edad. Pese a sus modos almidonados y algunas expresiones que parecen sacadas de otra época, PPK terminó utilizando el factor etario a su favor, apuntando a su largo currículum y a que no tenía ninguna intención de perpetuarse en el poder, como sugería que lo haría el fujimorismo. "Voy a trabajar por los peruanos, aunque sea lo último que haga en mi vida", proclamó, reiterando que la Presidencia sería su "último trabajo".

Su llegada al Palacio Pizarro marcó un nuevo tono. Algunos pequeños gestos, como cuando puso a todo su gabinete a hacer yoga para comenzar la jornada, despertaron simpatía entre los peruanos, mientras que en la arena internacional marcó posiciones claras en la crisis de Venezuela -promovió el llamado Grupo de Lima-, fue el anfitrión de la cumbre del APEC y tuvo la responsabilidad de ser el primer Presidente latinoamericano en reunirse con Donald Trump.

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