KRAMER VERSUS KRAMER
Acabo de ver la rutina del Festival de Viña del Mar 2020. Después de dos años y medio tenía esta deuda conmigo mismo de revisarla con calma, porque ocurrieron muchas cosas después, que la verdad nunca imaginé, y porque fue muy duro para mis cercanos. Y para mí, como artista. Ese día siento que se quebró la transversalidad a la que yo estaba acostumbrado con el público, cosa que fui sintiendo poco a poco.Camino al show esa noche, casi al llegar a la Quinta Vergara con mi equipo, en los alrededores del ingreso hubo gente que apedreó la van donde iba con toda mi familia. Como parte del ambiente caldeado que había, por los incidentes a causa del estallido social, incluso se había suspendido la alfombra roja tradicional, donde se pasean las estrellas del festival, para evitar manifestaciones.Nos tiramos al suelo del vehículo, mientras mis niños y Paloma lloraban, muy angustiados. Con la frialdad que me caracteriza, actué con calma. Tengo eso, de siempre mantenerme tranquilo en momentos de mucho riesgo. Me acuerdo de la vez que fui a bucear y perdí el regulador de oxígeno a quince metros de profundidad y, a pesar del miedo, avisé que necesitaba aire a quienes me acompañaban, y volví a la superficie.Finalmente, le grité al chofer que acelerara, calmé a mi familia y a mi equipo y logramos entrar al recinto. Al llegar, comprobé que estaban todos bien, e intenté transmitirles tranquilidad.-Ya pasó, ya pasó el susto. Después conversamos esto. !!!Vamos ahora que tenemos un desafío¡¡¡ -los animé.Y me animé también a mí mismo. Había un show por hacer. De todas maneras, al pasar ese momento penca, me quedé pensando: ¿será correcto nombrar lo de la primera línea?, ¿se irá a entender mi observación?, ¿la manera como quiero plasmar esta situación?, ¿o mejor lo saco?-No, Stefan, tienes que hacer lo que tú viniste a hacer -me dije.Poco antes del show, fui al palco donde está el jurado, divisé a Pancho Saavedra y le conté lo que nos había pasado recién.-... y tengo esta frase para el final de la rutina, ¿qué crees tú? -le pregunté.-Stefan, dilo, no va a pasar nada -me contestó.Y pasaron hartas cosas.Cuando ocurrió lo del estallido social en octubre de 2019 y vi ese descontento, de que ya no se aguantó más, que algo explotó, mi primera sensación genuina fue, más allá de cualquier explicación, que quería apoyar ese sentir de injusticia. Es esencial que haya ciertos costos de la vida que no sean agotadores y que sean derechos reconocidos para vivir más dignamente. De que alguien no tenga que estar sufriendo por temas de salud, educación o las pensiones. Alguien te puede decir "pero cómo se financia". Bueno, conversémoslo, pero siempre con amor. Tengo esa convicción constante, de cómo vemos todos estos temas, estando siempre presente el amor, como decía el flaco Spinetta, ese...
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