Kotex, Teekanne y Universal Fastener: marcas y firmas que nacieron en la Primera Guerra
Gas mostaza, los primeros submarinos, zepelines bombarderos, acero inoxidable para fabricar cañones. Todos ingenios que se estrenaron en Europa durante la Primera Guerra Mundial, conflicto que costó la vida a más de 10 millones de personas y del que mañana se conmemoran 100 años, desde la declaración de la guerra a Serbia por parte del imperio Austro Húngaro.
Pero como en la mayoría de los grandes conflictos que han afectado al mundo, la creatividad de ingenieros y científicos no solo estuvo al servicio de la guerra propiamente tal, sino que también contribuyó al surgimiento de grandes empresas y popularizó marcas que nos acompañan hasta nuestros días y que se comercializan en todo el mundo.
Toallas higiénicas: mercado de US$ 14.300 millones
La empresa estadounidense Kimberly Clarke es una de ellas. A inicios del siglo pasado, el responsable de investigación de esa compañía, Ernst Mahler, creó un material llamado cellucotton , cinco veces más absorbente que el algodón.
Cuando Estados Unidos entró a la guerra en 1917, la empresa comenzó a producir esa fibra para fabricar la vestimenta de los profesionales sanitarios que iban al frente de batalla. Pero al poco tiempo, las enfermeras se dieron cuenta de que ese material podía tener otro uso. Así nacieron las primeras toallas higiénicas.
En 1920, las empleadas de esta empresa ubicada en Wisconsin comenzaron a producir las toallas llamadas Kotex. No fue el único uso que la empresa le dio al cellucotton: utilizando el mismo material, en 1924 salió a la venta el primer pañuelo desechable, llamado Kleenex.
El impulso de la guerra y de la invención del cellucotton hizo que esta compañía, fundada por John Kimberly, Charles Clark, Frank Shattuck y Havilah Babcock, en 1872, siguiera operando hasta nuestros días, con marcas como Huggies, Pull-Ups y Plenitud.
Actualmente, 1.800 millones de mujeres en el mundo usa toallas higiénicas, en un mercado que, según una investigación de la BBC de Londres, mueve US$ 14.300 millones al año.
Teekanne y una industria de US$ 40.749 millones
Otra empresa que vio en la guerra una oportunidad para crecer fue el fabricante de té Teekanne. Claro que en este caso fue más por fortuna que por inventiva. Ya en 1908, el comerciante neoyorquino Thomas Sullivan les enviaba el té a sus clientes en pequeñas bolsas de algodón. Y fueron los clientes quienes, por flojera o ingenio, comenzaron a hundir las bolsas en el agua hirviendo antes que preparar las infusiones en una tetera...
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