Kerry pide un gobierno de unidad en Irak, mientras insurgentes se consolidan en el oeste
En momentos en que el grupo terrorista sunita Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) se consolida en el oeste de Irak, las diferencias confesionales al interior del país impiden al Primer Ministro, Nuri al Maliki, lograr formar gobierno con otros grupos políticos. Mientras, crecen las presiones internas y externas para que los dirigentes chiitas consigan la unidad nacional.
En medio de su gira por Medio Oriente, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, hizo ayer una pausa en Egipto y pidió a las autoridades iraquíes que superen las diferencias sectarias. Si bien Kerry no habló directamente de Al Maliki, tampoco ocultó su descontento respecto del Premier, quien es acusado de haber intensificado las divisiones entre confesiones religiosas en el país.
El secretario de Estado agregó que quiere que los ciudadanos "encuentren un liderazgo" que sea capaz de "representar a todas las partes del pueblo iraquí para hacer frente al ISIS". Una frase que ha sido interpretada como una señal indirecta de que EE.UU. está abierto a la elección de un nuevo Premier en Irak.
"Estados Unidos derramó su sangre y trabajó duro para que los iraquíes tuvieran su propio gobierno, pero el ISIS llegó desde Siria y comenzó a hacer un complot interno. Han atacado a las comunidades y son los que están impidiendo que Irak tenga el gobierno que quiere", añadió Kerry. Dijo además que Washington "no pretende elegir a nadie" y que es el pueblo iraquí el que debe hacerlo.
Pese a la nueva victoria electoral de hace dos meses del partido Alianza Estado de Derecho, de Al Maliki, el Premier necesita pactar con otros partidos para conseguir una mayoría que le permita formar gobierno. Sin embargo, ninguno de los grandes grupos políticos parece estar dispuesto a dar su apoyo a Al Maliki.
Los kurdos, que hasta ahora estaban representados en el gobierno, no quieren que el Premier sea reelegido. Tampoco es lo que quieren las fuerzas sunitas, que desde hace tiempo se sienten discriminadas por el autoritario Al Maliki. Su gobierno, dominado por chiitas, ha marginado de forma sistemática a los sunitas, preparando así el camino para la actual crisis desatada por el avance del ISIS.
El propio gran ayatolá Ali al Sistani, la máxima autoridad religiosa chiita, lanzó recientemente un mensaje al Primer Ministro desde la ciudad santa de Kerbala. Al Sistani -cuya voz también tiene un fuerte peso político- pidió durante el rezo del viernes que se forme un nuevo gabinete que incluya a las...
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