Kazuo Ishiguro, hábil estratega de los géneros narrativos - 8 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 694475393

Kazuo Ishiguro, hábil estratega de los géneros narrativos

¿Qué tan consciente es Ishiguro de su origen extranjero? "Es una cosa en la que pienso solamente cuando la gente me pregunta. Nunca me lo preguntaba a mí mismo cuando estaba creciendo. Incluso ahora soy reacio a intentar medir cuánto hay en mí de japonés, y cuánto de británico", contestó en 1994. A pesar de haber nacido en Nagasaki el 8 de noviembre de 1954, se estableció con sus padres en la ciudad de Guildford, sur de Inglaterra, en 1960, y no volvió a su país sino hasta 29 años después. Su japonés es "horrible", ha confesado este narrador que obtuvo la nacionalidad británica en 1982. Para todos los efectos, Ishiguro es producto de una formación típicamente inglesa, pero sus novelas y relatos establecen significativos nexos con la cultura nipona.

Capacidad de reinvención

Supongamos -solo es un supuesto- que Kazuo Ishiguro no es el mejor escritor del dream team británico. ¿Por qué entonces le dieron el Nobel a él y no a Julian Barnes o Martin Amis, que tienen merecimientos de sobra e incluso superiores al de su compañero de equipo, según sus lectores y críticos?

La Academia Sueca no da puntada sin hilo, y es posible ver en su decisión la voluntad de premiar no a un escritor británico purasangre, sino precisamente a un inmigrante, en momentos en que el Reino Unido abandona la Unión Europea, entre otras razones, por su reticencia a mantener una política de puertas abiertas a los refugiados. ¿Significa esto que con la elección de Ishiguro el resto del dream team queda descartado para recibir el premio más cotizado de la literatura mundial? En absoluto. La Academia Sueca terminó distinguiendo a Vargas Llosa, aunque muchos años después que a García Márquez, como parte de su reconocimiento al boom latinoamericano.

En cada uno de sus ocho libros, Ishiguro ha mostrado una sorprendente capacidad para reinventarse sin perder de vista ciertos temas y formas de aproximarse, de manera oblicua, a la cultura de su país. Su primera novela, "Pálida luz en las colinas" (1982), es una inquietante historia ambientada en la Nagasaki de posguerra que acoge, con sincretismo, rasgos góticos y otros tomados de la vieja tradición japonesa de las historias de fantasmas. "Un artista del mundo flotante" (1986), en cambio, es una pequeña joya de estilo que recrea el mundo de la bohemia compartida por artistas que terminaron adhiriendo al nacionalismo expansionista de inicios de la era Showa, bajo el emperador Hirohito.

Aunque ha insistido en que se trata de un "Japón imaginado", del que lo separaban tanto el tiempo como la distancia, resulta asombroso el conocimiento profundo que demuestra Ishiguro de la nación que abandonaron sus padres. Lo que no deja de ser una paradoja es que el reconocimiento mundial de Ishiguro llegara con su tercera novela, "Los restos del día" (1989), considerada una de las obras más británicas del siglo XX. Desde su publicación, la crítica reparó en que Ishiguro era el paradigma de una oleada de narradores multiculturales que escribían en inglés, como V. S. Naipaul, Salman Rushdie y Ben Okri. Todos procedían de continentes remotos, aunque algunos habían nacido en Gran Bretaña y al menos uno de sus padres era extranjero, como en el caso de...

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