Katherine Salosny: 'Mi historia no puede ser una excusa'
-Necesitaba reconectarme, porque vengo de una vorágine fuerte hace rato. Necesitaba parar, leer, descansar. Viví muchos cambios, y con lo bien que nos ha ido en el programa ("Mucho gusto"), me estresé. Porque el éxito te estresa, yo creo que más que el fracaso; que te puede deprimir, pero siempre encuentras que en él hay un lugar de contención desde donde sabes que te tienes que parar. En cambio, en el éxito no sabes dónde va a llegar, no sabes cómo lo vas a sostener o cómo se va a acabar -dice, recién llegada a Chile de sus primeras vacaciones largas, en soledad, la animadora del matinal televisivo que durante los últimos meses dio un golpe a la industria al saltar del cuarto al primer lugar, con una graciosa propuesta donde ella y el también experimentado Luis Jara hacen, casi literalmente, lo que quieren hacer.
Bronceada y luminosa, Salosny habla con la sabiduría de una veterana en televisión. Su tono, su pausa, no tienen nada que ver con sus 50 años de edad:
-La vida es cíclica. Está llena de éxitos y fracasos -concilia-. Y lo riesgoso del éxito es el vértigo constante de sentir que puede venir una caída... pero uno conoce de eso ya. Entonces, sí, hay vértigo, pero no terror.
Katherine recuerda que hace solo unos meses descubrió que sufría de vértigo, esa condición médica, donde la vista, el tacto y el sistema vestibular del oído interno alteran sus signos vitales en la altura, haciéndola sentir que va caer sin poderlo evitar. El hallazgo fue casual. Durante un animado trecking organizado con sus ex compañeros de educación media, Katherine se descubrió en la punta de un risco sin orientación, sin respiración. Un ex compañero, hoy médico, la auxilió y, de paso, la familiarizó con un diagnóstico que ella intuía. Esa sensación que ella tantas veces había llamado dolor de guata, impulso, necesidad o urgencia de tomar riesgos, estaba en el fondo de su estructura de personalidad.
Su vertiginoso currículum laboral lo confirma: tras criarse en Argentina decidió quedarse en Chile. Luego de participar en un comercial para una bebida cola, llegó una oferta para trabajar en TV y se transformó en la gran figura juvenil femenina de los 80. A los 25 años dejó todo y comenzó a estudiar actuación. Aprendió en el teatro a trasmutar el vértigo interior transformándose en otros personajes -en teleseries y teatro-, y luego la llamaron nuevamente de la televisión. Ahí vino el regreso a "Buenos a días a todos", el reencuentro con Felipe Camiroaga, y un éxito que la empezó a asfixiar sin saber bien por qué. Y vino su salida de TVN.
-No tenía que ver con mi trabajo, de eso estoy segura -dice Katherine-. Se había instalado la idea de que el programa se necesitaba "refrescar", y eso se terminó entendiendo como que tenía que salir yo. Fue violento, igual.
-¿Lo atribuye solo a un tema de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba