El Kanchenjunga, la última tarea para el montañismo nacional
"Fue una experiencia increíble, pese a que pasamos varios sustos, incluyendo una avalancha de la que nos salvamos apenas. Al final, en el quinto intento, logramos hacer cumbre", cuenta Sebastián Rojas, líder de la expedición que coronó la "Montaña Asesina", en una aventura llena de líos (ver recuadro).
"Esos pocos minutos que estuvimos en la cumbre estuvieron envueltos por una sensación de sueño cumplido; sin embargo, dadas las condiciones de tormenta que teníamos en ese momento, aparecieron los sentimientos de supervivencia, porque debíamos bajar inmediatamente", recuerda Tamara Muñoz.
"Están saliendo muchos jóvenes con capacidad que están buscando nuevos desafíos, abriendo rutas. Siento que estamos formando nuevas generaciones muy capaces", valora el presidente de la Federación de Andinismo de Chile (Feach), Eduardo Aguirre.
Así, la única cumbre que no ha sido coronada por una expedición chilena es el Kanchenjunga (8.586 metros), la tercera cima más alta del planeta y una de las más peligrosas, con una tasa de mortalidad superior al 20% y que, de hecho, es la segunda menos escalada de los Himalaya (solo por detrás del Annapurna).
Hubo un intento nacional: en 2012, una expedición liderada por Luis Álvarez se quedó a 150 metros de la cima, porque las malas condiciones climáticas le impidieron hacer historia.
"Tuvimos bastantes accidentes en el recorrido, además de que el tiempo estuvo siempre pésimo. Ninguna de las expediciones llegó a la cumbre en esos días; fuimos los que estuvimos más cerca: nos faltaron 156 metros", recuerda Alex Koller, integrante de la cordada.
Koller, asimismo, apunta las principales dificultades que afrontan los montañistas que intentan el asalto a la cima indo-nepalí: "Es bastante complicado técnicamente. Hay partes en las que pierdes altura, lo que aumenta el recorrido total. Pasas por zonas con muchas grietas, hielo vertical, y los últimos 150 metros son de escalada en roca. Es muy demandante físicamente, por la misma razón", arguye el andinista.
Eduardo Aguirre también aporta datos sobre los obstáculos que puede enfrentar una expedición chilena que ataque la tercera cima más alta del planeta.
"Los muchachos se aclimatan en el Ojos del Salado, con altura y sequedad, pero para llegar al Kanchenjunga hay que pasar por una zona selvática que los complica mucho; entonces, estamos buscando fórmulas para evitar ese maltrato climático", comenta el timonel de la Feach.
Todavía no hay planes para atacar el Kanchenjunga...
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