'El K2 es el sueño de todo montañista' - 14 de Febrero de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 857889953

'El K2 es el sueño de todo montañista'

D entro de las historias del montañismo chileno, esta es probablemente una de las más insólitas. El 13 de agosto de 1996, Cristián García-Huidobro llevó una copa de vino hasta la cumbre del K2, en los Himalayas, y allí, a 8.611 metros de altura y después de haber escalado 14 horas ininterrumpidas, hizo un brindis junto a sus compañeros Waldo Farías, Miguel Purcell y Misael Alvial, para celebrar un logro que, a primera vista, parecía imposible.Ese día, cuatro años después de haberse convertido en el primer sudamericano en alcanzar la cima del monte Everest, García-Huidobro -que entonces tenía 35 años- puso sus pies en la que se considera una de las cumbres más peligrosas del mundo, y celebró de esa manera que, para él, mostraba lo feliz y animado que estaba tras alcanzar un hito que, en otras circunstancias, podría haber sido una pesadilla. "Para mí, el K2 representa el ochomil más bello: es una pirámide de roca escarpada, técnica y difícil; el sueño de todo montañista", dice hoy desde su casa en las afueras de Temuco, recordando el que considera el viaje más importante de su vida. Y justo en un momento en que esta emblemática cumbre en el límite de Pakistán y China, la segunda más alta del planeta, ha vuelto a cobrar protagonismo: al cierre de esta edición, el destacado montañista chileno Juan Pablo Mohr y sus compañeros Ali Sadpara y John Snorri seguían desaparecidos tras haber intentado llegar hasta la cima del K2 en temporada invernal, un desafío que hasta el 16 de enero de este año -cuando finalmente fue alcanzada por un equipo de sherpas (ver nota principal)- se consideraba el último gran reto deportivo del "ochomilismo".Cristián García-Huidobro es una de las pocas personas que pueden decir realmente cómo es subir y bajar el K2, la llamada "Montaña Salvaje" de los Himalayas: a la fecha, no más de 400 montañistas han alcanzado su temible cima. Y las estadísticas son terribles: uno de cada cuatro escaladores muere en el intento.Hoy, a la luz de los recientes acontecimientos que han dado la vuelta al mundo, García-Huidobro repasa la experiencia que vivió hace casi 25 años, como una forma de poner en perspectiva lo que es esta cumbre: "Para nosotros, el K2 siempre fueron palabras mayores. Si no hubiéramos subido antes el Everest por la ruta que lo hicimos (la compleja pared del Kanshung), no lo habríamos intentado". Y agrega: "Primero tuvimos la convicción de que éramos buenos y, además, yo siempre decía que éramos el equipo más cobarde...

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