'Me obsesioné con el juego, y las máquinas eran mi perdición' - 23 de Abril de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 433173286

'Me obsesioné con el juego, y las máquinas eran mi perdición'

Para mí era algo ocasional.

Luego comencé a ir a Viña; y de repente, como tengo suerte, me gané tres premios grandes en tres visitas seguidas. Cada vez que iba ganaba mucha plata, y como ellos (los casinos) te toman todos los datos para darte el dinero, les entregaba mi nombre, RUT, teléfono, dirección, e-mail...

Y comenzaron a llamar, a escribir. Me mandaron la tarjeta de socio, la con más beneficios. Y comencé a ir. Al principio me acompañaban mis hijos, que eran jóvenes y aprovechaban las regalías de comer en el restaurante o ir a bailar a la discotheque, mientras yo me dedicaba a jugar.

Era entretenido para mí.

El tema del dinero no era lo importante en mi caso. Siempre he tenido buena situación. Estudié en la universidad, pero nunca ejercí. Heredé de mi familia y me dediqué a la compra y venta de propiedades. Compro, las arreglo y las vuelvo a vender. Entonces, siempre manejé mi dinero, y aunque mi marido es súper exitoso, nunca le pedí nada a él.

No tengo claro cuánto dinero llegué a perder. Quizás me jugué unos 100 millones de pesos en los últimos diez años, pero también los volví a ganar... y a perder.

Veo gente que juega por necesidad, que cae ante la oferta de una noche de hotel o un desayuno buffet increíble para quien está acostumbrado a tomar té con pan. No era mi caso, porque en mi casa duermo y como mejor. Yo comencé a ir por otro tipo de necesidad.

Con los años empecé a sentir la soledad en mi casa. Murieron mis abuelos, mis padres, y mis hijos comenzaron a crecer, a casarse, a irse... Los tres son hombres, entonces no es lo mismo que tener una hija, que siempre es mucho más apegada a la mamá. Como era yo. Mi marido trabajaba mucho, era trabajólico, más individualista, y mis hijos son un poco como él. Esas cosas se copian sin querer. Entonces, sólo me quedaban mis perritos, que son como mis guaguas, para cuidar.

El año 2010 ellos (los casinos) me invitaron a pasar mi cumpleaños en Coquimbo con todos los gastos incluidos y una tarjeta de 500 mil pesos para jugar. Fui con mi hijo y mi nuera; todos nos alojamos gratis. Me recibieron hasta con una tortita... La verdad es que hacen invitaciones súper amorosas, pero después te das cuenta de que no son así. Porque vas dejando tu plata igual.

En ese cumpleaños me dieron la oportunidad de estar con los míos. Fue lindo, porque el juego fue lo menos que hicimos en ese viaje; pero el costo que se paga por haber ido es mayor.

Justo después de ese viaje se pusieron más insistentes con...

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