Lo que está en juego - 9 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 698632465

Lo que está en juego

El mes ha sido intenso. Sorpresivo. Nadie esperó que Piñera estuviera bajo el 40%, nadie imaginó que Beatriz Sánchez estuviera a punto de superar a Guillier. Nadie creyó que Kast llegaría al 8%. Se ha conformado así un escenario de cierta forma inesperado y, sobre todo, incierto.

La primera paradoja ha sido la actitud de la Presidenta. Con un resultado escuálido de sus dos candidatos oficialistas y de los partidos que conforman la coalición de gobierno, la elección le inyectó un envión de alegría y esperanza. La Presidenta creyó ver que, al menos "en promedio", los chilenos estaban con ella, y -delantal médico en ristre- se ha lanzado a recorrer Chile. Ciudad por ciudad, lugar por lugar, inauguración por inauguración.

Nos enfrentamos a una elección incierta y abierta. Las matemáticas juegan a favor de Piñera, el momentum se inclina por Guillier. Las matemáticas dicen que es muy difícil que Guillier traslade un millón cien mil votos que necesita de Beatriz Sánchez para ganar la elección. El momentum dice que a Piñera y su comando le ha costado recuperarse del balde de agua fría.

Chile se juega mucho el próximo domingo. Pero hay que guardar las proporciones. La elección no es entre Trump y Maduro. No hemos llegado tan lejos todavía.

¿Qué es lo que realmente está en juego?

Es cierto que Piñera no es el más simpático. Es cierto también que es poco asertivo. Son legítimas las críticas en cuanto a ciertas actuaciones de su pasado empresarial. Es verídico que algunos de los que lo apoyan son ultra conservadores y siguen anhelando a Pinochet. Sin embargo, Piñera tiene mucho que mostrar. En primer lugar, su historia política ha sido prístina. Se opuso a la dictadura, buscó acuerdos en democracia y siempre ha estado en la vereda de la moderación y de la amistad cívica. En segundo lugar, su gobierno -mejor o peor- en ningún caso se puede acusar de regresivo en ningún tipo de derechos, y sus resultados económicos y de gestión son indudables. En momentos en los que Chile se encuentra en un estado estacionario, los atributos de Piñera son claramente deseables.

Por cierto, si Piñera sale elegido, tendrá que aprender la lección que significó la primera vuelta. Y deberá construir un nuevo relato que renueve al sector. Menos dogmático en lo económico, menos temeroso en lo político y menos conservador en lo valórico. Pero ello es perfectamente posible bajo su liderazgo.

El caso de Guillier es más complejo. En primer lugar, no sabemos quién es. ¿Es el...

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