Jueces bajo cero
Este es el invierno de 2014 y este es el juez Rodolfo Knöpke llegando con lo puesto a Lago Verde, un pueblo cordillerano de la Región de Aysén donde pocos se asoman y menos son los que se quedan por mucho tiempo. Esta localidad patagónica, donde el viento y la nieve golpean el alma, no es para cualquiera. A menudo el afuerino cae derrotado ante el aislamiento, que aquí se sienten como una cosa viva, y termina huyendo. Pero eso no asusta a Knöpke. De hecho, es justamente lo que busca. Si llegó hasta aquí es porque quiere estar lo más lejos posible del resto mundo y que, ojalá, nadie más sepa de él.Como si necesitara hacer todo rápido, Rodolfo Knöpke se casó y fue padre antes de titularse de abogado en la Universidad Austral. Trabajó mientras estudiaba Derecho, hizo reemplazos en el Tercer Juzgado del Crimen de Osorno e incluso abrió un sencillo estudio jurídico en Valdivia junto a un compañero de curso, donde realizaba asesorías legales y corretaje de propiedades del mismo edificio en el que estaban. Pero el negocio se acabó de un día para otro, cuando en 2005 el inmueble quedó destruido por un incendio.Knöpke, lejos de frenar su ritmo, buscó otro trabajo, mientras preparaba su examen de grado. Fue actuario, luego postuló al Poder Judicial y en 2006 lo nombraron oficial de sala del Juzgado de Letras de Puerto Cisnes, una pequeña ciudad costera al norte de la Región de Aysén, a un costado de la Carretera Austral, 2.500 habitantes y el segundo puerto más grande de la región. No sabía mucho más que eso, pero algo de estas tierras caló hondo en él, porque nunca más volvió a vivir a Osorno, donde había nacido, ni a Valdivia, donde estudió.En Puerto Cisnes también se hizo cargo de la Corporación de Asistencia Judicial y una vez titulado se trasladó a Aysén para trabajar en la Dirección de Obras de la Municipalidad. Allá, en sus palabras, hizo de todo: notario suplente, abogado privado. Pero en paralelo su matrimonio se resentía, hasta que se quebró. Para Knöpke fue un golpe duro y pensó que tal vez era el momento de bajar la velocidad y decidir qué hacer. "Puerto Cisnes era un lugar muy chico para ambos y yo quería irme lejos, al fin del mundo", dice. Pero Knöpke ya estaba en el fin del mundo para un abogado, ¿qué tanto más allá podría irse? Fue entonces cuando se anunció la creación de Juzgados de Policía Local en las comunas más apartadas de la Región de Aysén: Guaitecas, Cochrane, Villa O'Higgins, Tortel, Chile Chico, Río Ibáñez y Lago Verde."Quería desconectarme y Lago Verde era la comuna más aislada de todas. Para mí, era un tema de sanación".En Chile hay 379 Juzgados de Policía Local repartidos en casi todas las comunas del país. Sus jueces y juezas aplican la ley en más de 60 materias, desde la venta y consumo de alcohol, hasta infracciones de tránsito, el cumplimiento de ordenanzas municipales y la protección de los derechos de los consumidores, entre otras, y según las estadísticas del INE de 2020, fallan 1.668.000 causas más que el Poder Judicial.Sin embargo, son un híbrido con un pie plantado en dos mundos distintos: los nombra la Corte de Apelaciones, de quien dependen administrativamente, pero los honorarios corren por cuenta de las municipalidades, cuyos alcaldes a veces se niegan a aceptarlos, porque son una carga extra en el presupuesto...
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