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De 18 años, soltera, nacida en Santiago y ex vocera de la toma del Internado Nacional Femenino de Ñuñoa -que el alcalde Pedro Sabat describió en su minuto como "un puterío"-, Io Giuria cumple la medida, dictada por la Corte de Apelaciones, mientras se investiga si ella es la del video, la manifestante de la marcha estudiantil del 13 de junio pasado, la que aparece lanzando una molotov contra un piquete policial, la que luego escapa por el paseo peatonal del río Mapocho, la que se cambia de ropa, la que deja al descubierto su largo pelo amarillo y la que la prensa bautiza al otro día como "la rubia encapuchada".
Durante la Revolución Pingüina, que se extendió en forma intermitente entre abril y octubre de 2006, se contabilizaron más de 100 colegios en toma y en un momento hubo cerca de 600 mil estudiantes movilizados en todo el país. Michelle Bachelet vivió la primera crisis de su gobierno, cayó su ministro de Educación y surgieron liderazgos estudiantiles desde la UDI al PC.
El único colegio de enseñanza básica que se unió a la revuelta fue el Eduardo Frei Montalva, de Ñuñoa, que ni siquiera tenía centro de alumnos. La toma, pese a lo inédito, pasó inadvertida para la prensa. Duró un par de días, según Alejandro Saldías, inspector general del establecimiento, y entre quienes participaron recuerda a una estudiante de sexto básico, dirigente de su curso: Io Giuria Muñoz. "Ella no fue la líder -dice-, el que organizó todo fue otro alumno, apoyado por el colegio vecino, el Augusto D'Halmar, que sí tiene enseñanza media. Pero ella tenía sus posturas. Al año siguiente tuvo que irse por mala conducta. Ella encontraba que el colegio era cartucho, como militarizado. Nosotros le dijimos que ya no la queríamos más, así que se fue".
Luego de su expulsión, fue inscrita en el Manuel Antonio Matta, de Ñuñoa. Claudia Io Muñoz recuerda que su hija encontró que el establecimiento tenía un pobre nivel académico, así que la cambió. En el colegio, en cambio, dan otra versión: que Io estuvo apenas tres meses en octavo y que "se fue por inasistencia, venía día por medio".
Finalmente egresó de la enseñanza básica en el Heinrich High School, de la misma comuna, y de allí pasó al Internado Nacional Femenino, ubicado en Pedro de Valdivia, frente al Estadio Nacional.
Sus padres se separaron cuando ella tenía cuatro años. A Jorge Giuria Tasville, su padre, prácticamente no lo ha vuelto a ver. En su página de Facebook, él pone como lugar de residencia Lugano, Suiza. "Casi no hay relación entre ellos y cuando le preguntan, dice que ni siquiera sabe a qué se dedica", cuenta una amiga.
Su madre, Claudia Io Muñoz, con quien vive, estudió estética integral, pero siempre ha trabajado como secretaria, actualmente en una empresa de telecomunicaciones. No tiene militancia política, pero cercanos a la familia aseguran que buena parte de la inclinación de su hija por el activismo y los movimientos sociales proviene de ella. "Io creció viendo a su madre levantándose a las cinco de la mañana y regresando tarde del trabajo. La encuentra trabajadora y valiente. Siempre la menciona cuando da ejemplos de lucha", dice una ex compañera de curso.
Tiene tres hermanos, de uno, tres y 21 años. Jorge, el mayor, es ex alumno del Augusto D'Halmar y hasta el año pasado estudió Agronomía en la U. de Concepción. Hoy se prepara en un preuniversitario para volver a dar la PSU y entrar a la misma carrera, pero en Santiago.
Los cinco siempre han vivido en un departamento de un antiguo block de calle Ramón Cruz, en la frontera de la Villa Jaime Eyzaguirre de Macul. Los vecinos prefieren llamarla "población". A fines de los 60, el sector era parte de la periferia de Santiago, hasta que comenzaron a llegar las primeras familias, la mayoría erradicadas desde otras zonas de la capital. Durante la dictadura militar fue considerada una población complicada, aunque lejos de otras más emblemáticas como Lo Hermida.
Casi no...
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