José Maripani el rector contra el viento
Adalio Maripani Milipichún se ganaba la vida como tinterillo. Vivía en Agoni, una localidad rural de la comuna de Queilén, cerca de Chonchi, y recorría los tribunales de la isla de Chiloé ayudando en los trámites de causas judiciales. Se manejaba bien en ese ambiente de abogados y jueces, y no pasaba inadvertido ante los ojos de los demás. Era un hombre gigantesco, obligado a mandar a hacerse los zapatos a medida, porque no había de su talla. El rector cuenta que su bisabuelo casi arrastraba los pies cuando se subía al caballo y que, por lo que ha escuchado desde niño en su familia, un día tiró una vaca al suelo de un solo golpe con sus tremendos brazos, tan largos y fornidos que nadie en sus cinco sentidos se hubiera atrevido a enfrentarlo. El rector habla de su bisabuelo, sentado en el borde del sillón, como si estuviera relatando una película. "Mira mis brazos -dice, y los extiende hacia los lados-. Los heredé de él".Casado con Natividad Guenur, Adalio Maripani Milipichún tuvo 10 hijos. Recién al menor lo bautizó con su mismo nombre: Adalio Maripani Guenur, quien emigró de Chiloé en cuanto pudo en busca de una mejor vida. Bajó cortando cipreses de isla en isla por el archipiélago de las Guaitecas, hasta que llegó a Magallanes. No se detuvo allí. Siguió a Argentina, pero durante su paso por Punta Arenas se había enamorado de María del Tránsito Ovando Haro, así que regresó para casarse con ella. Sin embargo, la cosa no fue fácil para su abuelo, dice el rector. Los padres de María del Tránsito no querían a un mapuche huilliche en la familia, pero Maripani Guenur había hecho un viaje demasiado largo como para rendirse sin más.En el relato del rector, su abuelo ya está instalado en Punta Arenas, ya buscó un trabajo para sobrevivir, ya se casó con María del Tránsito, ya compró un terreno en la periferia de la ciudad, ya se construyó una casa y ya se unió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los pastores gringos que en esa época evangelizaban la Patagonia lo iban a buscar a la casa, lo llamaban hermano Maripani y él iba a la iglesia vestido de terno. Maripani Guenur sembraba hortalizas, cuenta el rector, lechugas, papas, zanahoria, perejil. Tenía hasta parrones que crecían pese al gélido clima de Punta Arenas. Después se especializó construyendo invernaderos e hizo fama adaptando la estructura para que soportara los terribles vientos de la zona, que aquí son como latigazos que se llevan todo por delante.Adalio Maripani Guenur y María del Tránsito tuvieron cuatro hijos. A la tercera le pusieron Matilde, que al cumplir los 19 años quedó embarazada. El progenitor se fue antes de que naciera el rector. "Nunca lo conocí y tampoco me interesó conocerlo, nunca quise averiguar sobre él", dice. "A mí me criaron mi madre, mi abuelo Adalio y mis tías".En este punto del relato, el rector José Maripani hace una pausa.Hay que decir de José Maripani que tiene 56 años, que es contador auditor y que tiene dos hijos de un primer matrimonio y una hija de su actual unión con Jésica Andrade. Hay que decir también que es rector de la Universidad de Magallanes (UMAG) desde 2022, que se tituló en esa misma institución y que, si nos fijamos en los paralelos del mapa, puede ostentar el título del rector más austral del mundo por 0,08 grados, gracias al recién inaugurado Centro Subantártico Cabo de Hornos, que tiene la UMAG en Puerto Williams.El rector se acomoda en el sillón y retoma:-Mi mamá hizo un curso de enfermería y trabajaba en el hospital. Hacía turnos para...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba