Jorge Baradit La conexión emocional con la historia de Chile
A su presencia en los matinales de televisión, que ya se ha hecho habitual, se sumó unas semanas atrás la invitación de Mario Kreutzberger a exponer, durante dos horas, frente a la gerencia de la Fundación Teletón acerca de su visión de país. Ya hay luz verde, además, para un proyecto con TVN del que no puede revelar nada, aunque adelanta que "es muy bonito y con un nivel de producción importante".
Su popularidad es tan grande que, mientras da esta entrevista para "El Mercurio" en la terraza de un café del barrio Italia, al frente de su trabajo, un joven ciclista que lo reconoce se detiene a saludarlo y decirle que, por favor, lo espere 15 minutos para ir a buscar su libro a la casa y pedirle una dedicatoria.
Pero la recepción de su nuevo libro, esta vez, ha cosechado no pocas críticas de historiadores, quienes han cuestionado, de partida, el supuesto desconocimiento de los hechos que relata en "Historia secreta de Chile".
-¿Secreta para quién?
"Para todos, porque este no es un libro dirigido a la academia, no es para los historiadores o gente que sabe. Es un libro de divulgación, y casi toda la historia de Chile, desgraciadamente, es secreta para la población. En el colegio, que es la fuente de donde obtenemos nuestro conocimiento de la historia, no hay una visión muy amplia de ella. Cuando le preguntas a una persona de 30 años quién es Ramón Freire, quién es José Victorino Lastarria, quién es Francisco Bilbao, no tiene idea. Casi toda la enseñanza escolar se olvida rápidamente, porque se ha dejado de lado en ella la cuestión emocional. Si te preguntan cómo se resuelve una ecuación de primer grado es lo mismo que si te preguntaran qué fue la batalla de Lircay. Son materias funcionales para obtener una nota o pasar de curso y se acabó, no quedan en la memoria de largo plazo".
-Aparte de difundir episodios históricos, ¿qué busca añadirles al convertirlos en crónicas?
"Yo no soy historiador, soy un escritor y lo que quise hacer fue, desde la narrativa, agregarle valor a relatos históricos no tan conocidos. Seguramente, un astrofísico se plantaría delante de Carl Sagan y le diría, 'oye, pero todo lo que tú estás contando yo ya lo sé'. Obvio. No es para él, no es para gente técnica, es para generar a través de las herramientas de la literatura un vínculo emocional entre los eventos históricos y la población. Ese es el objetivo más importante: ser un puente".
-¿Cómo elige las fuentes? Porque en su bibliografía no están todas las que cabría...
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