Jon McBride y el futuro de la exploración espacial - 15 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 694791701

Jon McBride y el futuro de la exploración espacial

"Tú no eres realmente un astronauta hasta que vuelas al espacio. Cuando completas ese primer vuelo, entonces sientes que lograste algo", dice hoy Jon McBride, luciendo su clásico mameluco azul de astronauta con el símbolo de la NASA en el pecho. Es una tibia mañana de septiembre y McBride -74 años, el pelo completamente canoso- está sentado en un hotel de Santiago hablando de su vida como astronauta y el futuro de la exploración humana. Ha venido a Chile como parte de una visita promocional del Kennedy Space Center, el centro espacial de la NASA en Florida y también una de las mayores atracciones turísticas de Estados Unidos. McBride es el jefe de astronautas de ese lugar, y parte de su trabajo es contar su experiencia de vida a los visitantes, en especial a los niños. "En los años 50 y 60 todos los jóvenes en Estados Unidos querían ser astronautas. Pero ¿cuáles eran las chances? Mínimas. Hoy esa percepción ha cambiado: los niños están más interesados en ser estrellas de rock", dice McBride, quien de cierto modo también es una estrella de rock: firma autógrafos en unos retratos suyos que regala a quienes estamos hoy con él, y también se saca fotos con todos, la sonrisa brillante, metro ochenta y ocho de estatura. Puede que no sea Neil Armstrong, pero sin duda es alguien "distinto": menos de 400 seres humanos han visto la Tierra desde el espacio. Jon McBride es uno de ellos.

"Como piloto estás tan concentrado haciendo tu trabajo que no tienes mucho tiempo de pensar lo que está pasando", recuerda McBride sobre el momento de despegar, al infinito y más allá, en un cohete. "Tu única preocupación es que todo salga bien. Prendes los motores y, antes de que te des cuenta, ya estás en el espacio. Son solo nueve minutos. Los nueve minutos más rápidos de tu vida".

Luego, McBride y su equipo comenzaron a orbitar la Tierra, en un viaje que duraba solo 90 minutos, la mitad de día, la otra de noche. Y así estuvieron durante 8 días, 5 horas, 23 minutos y 33 segundos.

"Me hubiera gustado mirar por la ventana todo el tiempo, pero teníamos trabajo que hacer", dice McBride, con rigor de militar. "Sin embargo, cada vez que había una oportunidad, nos quedábamos admirando. Yo era el encargado de abrir la compuerta y recuerdo que lo primero que vi desde el espacio fue Australia, justo cuando uno de los miembros de la tripulación, que era australiano, el primero de su país, se cruzó frente a mí. Vimos juntos su tierra natal. No pudo haber sido mejor. Volar al...

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