Jack Kerouac El camino que inspiró a una generación - 19 de Marzo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 671620177

Jack Kerouac El camino que inspiró a una generación

Ni aviones, ni maletas, ni tarjetas de embarque, ni largas filas de espera. Ni siquiera un destino en específico. Para viajar y recorrer el mundo, Jack Kerouac (1922-1969) solo necesitaba tres cosas: "Un coche rápido, una larga carretera y una mujer al final del camino". Esta frase -que inspiró y sigue inspirando a generaciones de viajeros- sirve para resumir de qué se trata uno de los mayores clásicos de la literatura norteamericana. Una novela que, desde su publicación en 1957, se transformó en algo así como la biblia y manifiesto de la generación beat y de la contracultura. Una obra que, como se ha dicho en innumerables reseñas, retrató una América "subterránea, auténtica y desinhibida, ajena a todo establishment"; que popularizó una nueva forma de escritura -relacionada con la espontaneidad del jazz-, y que, se estima, vende a lo menos 100 mil copias cada año. Un libro que se llama En el camino.

"Las únicas personas para mí son los locos, locos por vivir, locos por hablar, locos por salvarse, deseosos de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o dicen cosas comunes, aquellos que queman, queman, queman como fabulosas velas romanas amarillas explotando como arañas a través de las estrellas...", escribe Jack Kerouac, quien entre 1947 y 1950 se lanzó a recorrer Norteamérica desde Nueva York a Nueva Orleans, Ciudad de México, San Francisco, Chicago y regreso a Nueva York, en una serie de viajes que mezclaban alcohol, marihuana, sexo, éxtasis, angustia y desolación. Una novela autobiográfica cuyos protagonistas fueron algunos de los más icónicos escritores de su generación, aunque en el libro tienen otro nombre: Kerouac es Sal Paradise; Neal Cassady es Dean Moriarty, Allen Ginsberg es Carlo Marx y William S. Burroughs es Old Bull Lee.

De hecho, es Neal Cassady-Dean Moriarty el que, según Kerouac, inspira su veta viajera. "Conocí a Dean poco después de que mi mujer y yo nos separásemos", escribe en el primer capítulo. "Acababa de pasar una grave enfermedad de la que no me molestaré en hablar, exceptuando que tenía algo que ver con la casi insoportable separación y con mi sensación de que todo había muerto. Con la aparición de Dean Moriarty empezó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera. Antes de eso había fantaseado con cierta frecuencia en ir al Oeste para ver el país, siempre planeándolo vagamente y sin llevarlo a cabo nunca".

Haciendo dedo en la autopista, subiéndose a buses y camiones, viajando en Cadillacs...

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