La isla donde la gente se olvida de morir - 6 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 547628646

La isla donde la gente se olvida de morir

Icaria es una escarpada montaña de 255 km2 que surge imponente de las aguas cristalinas del mar Egeo, donde sus 10.000 habitantes tienen tres veces más posibilidades de llegar a los 100 años que cualquier otro pueblo del mundo.

Uno de cada tres icarianos llega a los 90 años, según varios estudios científicos. También tienen 20% menos probabilidades de padecer cáncer.

Sufren 50% menos de enfermedades cardiovasculares, no conocen la depresión ni la demencia y permanecen física y mentalmente ágiles hasta el último día de sus vidas.

Icaria debe su nombre a Ícaro, hijo de Dédalo en la mitología griega, que habría caído al mar frente a la isla después de quemarse las alas por querer acercarse demasiado al sol.

En todo caso, la calidad de su vino, así como su reputación de destino benéfico para la salud, se remonta al siglo V a.C., cuando los griegos iban a bañarse a las aguas curativas de Therma, una pequeña ciudad de la costa oriental.

En la isla hay un proverbio según el cual hay tres husos horarios: GMT, la hora griega y la de Icaria. Porque los icarianos simplemente no ven la necesidad de regir sus vidas con el reloj. "Pasará cuando tenga que pasar", dicen. Y nadie se ofusca si los invitados llegan al matrimonio a las 22 horas, cuando la cita era a las 18.

Si bien la televisión, los medios de transporte y el incipiente turismo están cambiando sensiblemente el modo tradicional de sus vidas, en la actualidad cada familia cuenta con uno o dos centenarios que, en general, son el centro de atención de los más jóvenes.

El estilo de vida

Smagarda Karimali nació en 1921. Tiene cuatro hijos, 13 nietos, nueve bisnietos. Aún hoy, el grupo sigue girando en torno de ella. "Nada se hace en la familia sin consultarlo con yaya (abuela en griego)", reconoce Nikos Tsarnas, uno de sus nietos.

Smagarda y su marido, un productor de miel que murió en 2011 y con quien vivió durante 65 años, son el perfecto ejemplo de la vida en Icaria. Ambos nacieron cerca de Agios Kirikos, la capital administrativa de la isla, y se casaron a los 20 años. Desde ese momento compartieron todo.

"Nos levantábamos a la madrugada, desayunábamos frugalmente y partíamos al campo a trabajar. De regreso almorzábamos y dormíamos una siesta de media hora. Las veladas siempre estuvieron dedicadas a reunirnos en familia, visitar amigos o recibirlos en casa", resume.

Según Smagarda, los icarianos "siempre comieron lo que producían". Para el desayuno, leche de cabra, jugos, té de salvia o café...

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