El invierno dorado de Jaime Vadell - 17 de Julio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 687014693

El invierno dorado de Jaime Vadell

Para el teatro, los números de Viejos de mierda son abrumadores: un año en cartelera de manera ininterrumpida, 90 mil espectadores, entradas agotadas con un mes de anticipación, decenas de giras fuera de Santiago y un público que va desde los 10 a los 90 años.

La obra, que Vadell protagoniza junto a Tomás Vidiella y Coco Legrand, y que fue escrita por él y el actor Rodrigo Bastías, le ha traído un impensado éxito en el ocaso de su carrera. Pero ni él se explica el porqué.

-Tiene algo que yo no sé qué es. !Porque la gente se ríe de principio a fin, no paran¡ Es cómica, pero tiene algo más, porque si no, no habría durado tanto. Para mí aún es un misterio.

-¿Será porque los viejos están de moda?

-Sí, es verdad que los viejos están un poco de moda; bueno, ojalá que eso sirva para que los traten mejor.

-¿Los tratan mal a los viejos?

-Sí, claro, es que es muy terrible ser viejo. Estamos en un mundo completamente nuevo, donde la tecnología cambia constantemente. Todo es nuevo y ya uno no tiene la misma energía. Además, uno anda cascarrabias.

-No lo imagino cascarrabias.

-El otro día insulté a un joven que me quería ayudar con su tablet a solucionar un problema. !No hizo nada¡ Ni los jóvenes saben qué hacer con la tecnología.

-A propósito, ¿qué edad tiene usted?

-No me gusta decirla.

-¿Por qué?

-Por vanidad -responde-. La gente en Chile saca las cuentas de la edad al dedillo, al minuto. Hay una obsesión nacional con la edad. Las edades y el origen del apellido. Eso no me gusta, es descortés. Yo dejé de decir la edad a los 16 años, porque era metido a grande y siempre quería ser mayor. Ahora es al revés.

Jaime Vadell, casado con la escenógrafa Susana Bomchil, es uno de los sobrevivientes de la edad de oro del teatro chileno. Perteneció al

Ictus, fundó el teatro La Feria, trabajó en las teleseries más exitosas de los años 80 -partiendo por La madrastra- y protagonizó películas referenciales, como Tres tristes tigres, Julio comienza en julio, Coronación, No y El club.

Sin embargo, rehúye hablar de su propia historia. Cuando se le pregunta, dice que son cosas de la vida privada, que no hay para qué recordarlas y que entiende "pocazo" el gusto de la gente por "relatar" su vida.

Fue alumno del Instituto Nacional y la primera obra que protagonizó fue para un aniversario del establecimiento, a los 17 años. Estudió pedagogía, dejó la carrera a los dos años y se dedicó a trabajar con su padre en un boliche que tenían en el centro de Santiago, antes de...

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