Introducción
| Autor | Paul E. Peterson |
| Cargo | Profesor de Gobierno Henry Lee Shattuck y Director del Programa de Política Educativa y Gobernanza en la Universidad de Harvard |
| Páginas | 6-8 |
6
WWW.LYD.ORG
serie informe SOCIAL 188
Tenemos una pérdida de aprendizaje esti-
mada de un 10%, esto es lo que nos han de-
mostrado los expertos en el tema, lo cual es
especialmente grave si lo comparamos con
otras situaciones previas. Existe un estudio
que indica que los estudiantes de Austria,
durante la Segunda Guerra Mundial, tu-
vieron un 10% de pérdida de educación, al
menos en lo que se reere a conocimientos.
Esto, considerando que Austria no se vio
afectada por la Segunda Guerra Mundial de
manera directa, fue algo remoto porque es-
taba lejos del campo de batalla. Pero no es
sólo la guerra o una pandemia lo que afecta
el ciclo de aprendizaje escolar, también lo
afectan las huelgas de los profesores. En
Argentina, por ejemplo, se demostró que
las huelgas generaron un 3% de pérdida de
aprendizaje en la vida de los alumnos que
las experimentaron respecto de aquellos
que sí fueron a la escuela. Incluso en Chi-
le, producto de ellas hubo impacto en las
matrículas a las universidades, lo cual signi-
ca que los estudiantes no tuvieron las mis-
mas posibilidades que quienes sí fueron a
la escuela y se educaron, por lo tanto, esta
disrupción en el sistema educativo es seria
para los niños y estudiantes y sus efectos
pueden ser de largo plazo.
En el 2018 en Carolina del Norte, Estados
Unidos, se cerraron escuelas por más de 5
días. En los lugares más afectados sabemos
que los resultados de las pruebas estatales
ese año para los estudiantes, evidenciaron
un mes menos en logros de aprendizaje.
Entonces, tenemos mucha información de
distintos desastres, algunos naturales, otros
causados por el hombre, pero son desas-
tres que dejan su marca en una generación
de estudiantes.
Actualmente tenemos aprendizaje en línea
y los estudiantes pueden aprender de forma
digital. En Chile tienen educación también a
través de la televisión y creo que es admira-
ble, porque gran parte de la población tiene
acceso a la televisión (con excepción de al-
gunas localidades, tal vez). En Estados Uni-
dos no existe esa alternativa y para poder
aprender dependemos de un computador.
Hemos descubierto que cuando se trata de
aprender online hay muchos estudiantes
que no se ven beneciados y que aun cuan-
do comprenden que es un paso revolucio-
nario, no logran adaptarse. Toda la eviden-
cia indica que durante esta pandemia, ese
aprendizaje online es menos efectivo: las
personas se distraen fácilmente, no prestan
atención, no tienen una conexión personal
con la experiencia digital y no logran hacer
aprendizajes signicativos, sino más bien
episódicos.
En Harvard -donde me desempeño como
docente- hemos seguido con las clases on-
line, pero los estudiantes este año no han
evaluado bien los cursos, a diferencia del
año pasado, ya que para 2021 ya hay expec-
tativas serias de aprendizaje. Si les pregun-
tamos a los padres, dirán que el aprendizaje
digital tiene efectos adversos, no sólo en las
INTRODUCCIÓN
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba