La intimidad a la luz del siglo veintiuno - 24 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 695397365

La intimidad a la luz del siglo veintiuno

Su padre, el radiólogo argentino José Leonardo Ungar, fue visionario el día en que Virginia Ungar, la primera presidenta de la Asociación Psicoanalítica Internacional desde que Sigmund Freud la fundó en 1910, decidió seguir la especialidad. Mirándola a los ojos le dijo:

-Me parece muy bien. Vamos a ser los dos fotógrafos de interiores.

Semanas después de que el máximo organismo de los psicoanalistas en el mundo -hoy representa a Europa, América del Norte, Latinoamérica y, pronto, a Asia Pacífico- honrara a Virginia como su máxima autoridad, esta experta en adolescentes y niños sonríe en Palermo. Tiene una consulta blanca y aireada, con una sala para adultos y otra, con paredes lavables y juguetes, para sus pacientes infantiles, a veces de menos de un año. Son ellos quienes la proyectaron al estrellato médico en el mundo. Recuerda a su padre:

-Esa frase se me quedó. Él, como radiólogo, fotografiaba interiores en términos concretos y reales, yo a mi manera. Es cierto.

Ungar, un médico que ha elevado a su especialidad a la mayor altura profesional en un país donde el psicoanálisis y la psiquiatría pertenecen al imaginario común ("la gente que vino al congreso de julio estaba asombrada, porque tomaban un taxi y el taxista hablaba de que iba al psicólogo"), cerró el quincuagésimo Congreso de la Asociación que preside, dedicado al tema de la intimidad. Un tópico que convoca a médicos y psicólogos en este siglo veintiuno. Lo consideran un tema del día.

-La intimidad ha sido cambiada, atravesada o vulnerada, hasta cierto punto, por los cambios tecnológicos. Por un lado, por la realidad informática o virtual. Por otro, porque la tecnología permite intervenir los cuerpos; es el caso de las cirugías estéticas, que hoy permiten que uno pueda diseñarse tal como quiere ser. Otro ejemplo es el de la tecnología al servicio de parejas que no pueden tener hijos: la fertilización asistida es hoy una realidad.

Frente a estos cambios, Virgina Ungar ha desarrollado con sus pacientes una posición ética y práctica: considera que en el psicoanálisis es fundamental tomar palco y observar, porque la tecnología avanza con tal velocidad que no siempre es posible seguir el ritmo en forma simultánea. Es importante un espacio de reflexión.

-El psicoanálisis interroga: hace que una persona se interrogue a sí misma. Es un método por el cual uno se compromete con su analista a encontrarse con una frecuencia y una intensidad necesaria, durante el tiempo que haga falta, para...

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