Interpelación y género: un problema que se viene - 8 de Agosto de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 646591689

Interpelación y género: un problema que se viene

En este contexto de miopía política, todo nos termina por sorprender, como algo nuevo, pese a que la evidencia está siempre delante de nuestras narices.

Uno de esos temas es aquél que se refiere a la desigualdad de género o, dicho de otro modo, el rol, trato, valor o consideración que damos a la mujer en la construcción de la sociedad que queremos. De que ha habido avances, sin duda que los hay. Del más variado tipo, ya organizativos (hoy hay toda una organización estatal destinada a promover la situación isonómica de los derechos de aquellas con los hombres y en la implementación de las políticas públicas que pavimenten el logro de objetivos en esta área); ya asociativos (hay toda una red de organizaciones sociales que procuran y motivan la expresión de nuevas políticas, atenciones o despertares en el ámbito de la empresa, la economía, los estudios universitarios, etc.); ya intelectuales (hay toda una bibliografía que apunta a la construcción del dato empírico, que demuestra la necesidad de intervención en las aberraciones y omisiones que sufre muchas veces el género femenino, con estudios que ilustran al más resistente misógino de la estupidez de este tipo de conductas en la creación de un valor compartido en la sociedad).

Uno de estos estudios es el Informe GET ("Género, Educación y Trabajo. La brecha persistente. Primer estudio sobre la desigualdad de género en el ciclo de vida. Una revisión de los últimos 25 años", 2016), donde apunta a evidenciar las pesadas e invisibles "piedras en el zapato" de las mujeres, que se refieren a los estereotipos de género desde la primera infancia -el cómo juegan o cómo vestimos a nuestras niñas y niños-; a la naturalización del trabajo doméstico para las niñas; al embarazo adolescente, como un reproductor de la pobreza; al hecho de que nuestras mujeres jóvenes están alimentando crecientemente el número de los NINI de nuestro país (los que ni estudian, ni trabajan, con el consecuente despeñadero de pobreza y desamparo al que condenamos a nuestras jóvenes para el resto de su vida); a la enseñanza diferenciada de las matemáticas, que sólo implica multiplicar desigualdad para con las mujeres; al acceso a la Educación Superior, donde en el inconsciente de muchos están las carreras "para mujeres" y la escasa presencia en carreras científicas y matemáticas; al hecho de que hay pocas mujeres trabajando en lugares con poder de decisión; a la escandalosa brecha salarial de género; al costo oculto que tiene para...

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