Cómo se integrará la jueza ad hoc de Chile al cerrado 'club' de La Haya
Claro que la abogada canadiense de 67 años deberá esperar para su primera aparición pública como jueza hasta abril o mayo del próximo año, cuando -calculan en la Cancillería- Arbour haga el mismo juramento de los 15 jueces titulares y asista a los alegatos orales por la excepción preliminar presentada por Chile.
Eso no impide que, siguiendo el proceso, la ex Comisionada de Naciones Unidos para los Derechos Humanos reciba todo el material del caso y se le asignen secretaria y oficina en el moderno edificio adyacente al tribunal. Si eso no ha ocurrido aún, se concretará la próxima semana, cuando la corte retome su actividad, concluido el receso veraniego.
Si bien no será residente permanente, mientras dure su trabajo Louise Arbour deberá integrarse al reducido círculo que da vida a la pequeña capital holandesa, lugar de peregrinaje para el selecto club de los internacionalistas más destacados. "No más de 100 personas en el mundo", dice un conocido abogado, "entre litigantes, académicos y jueces que se mueven entre coloquios y seminarios".
El más relevante de esos encuentros, y cita obligada, es el simposio que dicta el Instituto de Derecho Internacional cada año por estas fechas. Allí se presentan las últimas ponencias y se tejen las redes de este influyente grupo, que va rotando en casos y cortes alrededor del mundo. Otra credencial insalvable es haber pasado alguna vez por el curso que dicta la Academia de Derecho Internacional, en La Haya. Y si además se dictó un curso allí, eso ya sitúa entre la élite de esta cerrada liga.
Redes en Chile y controversias internacionales
Miembro de la Corte Suprema de Canadá, fue el rol de Arbour como fiscal jefe de los crímenes de guerra en Ruanda y la ex Yugoslavia el que la catapultó. Su posterior elección como Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH. acrecentó su prestigio: 39 doctorados honoris causa y 44 medallas y premios.
Ese bagaje le permitió relacionarse con chilenos que han ocupado altos cargos internacionales, como el canciller Heraldo Muñoz, embajador ante la ONU a fines del gobierno de Lagos y luego subsecretario del PNUD para América Latina y el Caribe. Lo mismo que el coagente chileno en la demanda de Bolivia, el abogado experto en derechos humanos Claudio Grossman, quien reside en Washington. A fines de los 90, Arbour coincidió igualmente en Ginebra con Juan Somavía, actual director de la Academia Diplomática y antes director mundial de la OIT.
En esa misma ciudad la entonces Alta...
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