Innovaciones educativas se desarrollan de la mano de creativos y de la tecnología
Ésta es una de las múltiples conclusiones que dejó la III Cumbre Mundial de Innovación para la Educación (Wise es su sigla en inglés), realizada en Qatar entre el 1 y 3 de noviembre.
Más de 1.200 personas llegadas de 120 países de todo el mundo se encontraron en Doha, capital de ese país asiático, para escuchar a expositores tan célebres como Jimmy Wales (fundador de Wikipedia) o tan anónimos como Jorn West Larsen, director de un colegio en Copenhague (Dinamarca), y hablar de los cambios que necesita la educación mundial y de ejemplos de transformaciones exitosas, replicables y poco costosas.
Los desafíos que impone la "primavera árabe", las reformas educativas que se desarrollan en todo el mundo y, sobre todo, las nuevas estrategias para llevar la educación a cada habitante del planeta ocuparon lugares destacados en las exposiciones, conversaciones de pasillos y conclusiones de este encuentro mundial, organizado por la Fundación Qatar.
Transformación
Cuando se habla de innovación se suele pensar en estrategias sofisticadas. La profesora y trabajadora social Rajani Paranjpe y su iniciativa "Doorstep school" muestran que bastan algunos libros y un bus para transformar la educación.
Hace 20 años se dio cuenta de que muchos niños en Pune (ciudad de la India) no iban a la escuela por razones tan extremas como una enfermedad grave o porque debían quedarse en sus hogares cuidando las escasas pertenencias de su familia.
"Comenzamos con los más pobres a alfabetizarlos y con lo más básico, que pudieran leer un diario", dice ella durante su exposición. "Pero al pasar los días vimos que el reto era mayor: había que hacer un aula abierta, a la que los niños asistieran cuando tuvieran tiempo, en el día o la noche, mientras estaban en la calle o en los mercados".
Así equiparon un bus con todo lo que tiene un aula tradicional. "Ésa es la verdadera innovación, haber entendido que debíamos ir hacia esos niños y llegar a ellos con libros, que hemos visto que funcionan".
En la escuela de Jorn Larsen la innovación vino de la mano de romper la estructura tradicional de la escuela. Las salas se parecen más al living de las casas de los alumnos que a un aula tradicional y tienen un programa que invita a los estudiantes a llevar al colegio su propio dispositivo tecnológico, ese que manejan a diario y conocen a la perfección.
Y, de paso, les pusieron un gran desafío a sus profesores, que no pueden impartir una clase tradicional en un entorno de esas...
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