¿El Estado inerme ante sus propios servicios? - 28 de Septiembre de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 464535162

¿El Estado inerme ante sus propios servicios?

El paro de tres semanas de los funcionarios del Registro Civil evidenció la incapacidad del Estado para exigir la prestación a la población de servicios públicos básicos. No pesaron la inconstitucionalidad del paro, ni los reclamos ciudadanos, ni las cifras que demuestran que los salarios de los funcionarios de dicho servicio son los mayores del sector público. Dichos funcionarios ignoraron el daño a los directa o indirectamente afectados. Incluso tras aceptar el jueves las condiciones propuestas por el Gobierno -que implican una injustificada anticipación del aumento salarial de dos grados para más de 2.000 trabajadores-, los dirigentes informaron que las labores del servicio no se regularizarían sino hasta el próximo lunes. Insólita presión de un estamento que, en la práctica, brinda servicios que en su mayoría tienen interacción con un sistema computacional.

No sorprende que inmediatamente luego de conocerse la posibilidad de fin del conflicto en el Registro Civil, uno de los sindicatos más grandes del sector público, el de trabajadores de la Junta Nacional de Jardines Infantiles también anunciara un paro, por supuesto incumplimiento de un acuerdo por el Gobierno. El rápido anuncio de una propuesta por el Ministerio de Hacienda, que al parecer incluiría más contratos de planta y el ascenso en los grados para los funcionarios, logró, por el momento, detener este movimiento.

Estados Unidos y México, dos ejemplos

Está fuera de duda que las democracias modernas y la globalización exigen imperiosamente un mejor Estado. La peor debilidad de este es su hinchazón burocrática y su pérdida de eficacia. Realizar cambios profundos en la relación entre el Estado y sus funcionarios es difícil, pero no imposible. Un buen ejemplo es la nueva Ley General del Servicio Profesional Docente impulsada por el Presidente Peña Nieto, de México, vigente desde el 12 de este mes. Si bien las presiones de los sindicatos de profesores fueron y siguen siendo muy fuertes, con paros y manifestaciones en todo el país, la firmeza del Presidente y el reconocimiento por el Congreso de la necesidad de asegurar una mejor educación están permitiendo implementar una reforma sin precedentes, fundada en nuevos criterios que regulen la labor de los profesores. Sus medidas incluyen la obligatoriedad de las evaluaciones docentes y terminan con la increíble práctica de heredar o vender los cupos de profesores en las escuelas. La simple existencia de esto último es un reflejo del...

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