La increíble historia de Roberto Suárez, 'El rey de la cocaína', contada por su esposa
Esa es sólo una parte de las historias de "El rey de la cocaína" (Debate, 2012), libro en que Ayda Levy cuenta su vida junto a Roberto Suárez Gómez, el hombre que en los 80 revolucionó el negocio de la droga en el mundo.
Familiar de empresarios mineros y forestales, y de políticos poderosos, es difícil comprender cómo Suárez se convirtió en el proveedor de coca del colombiano Pablo Escobar y en un narcotraficante que ganó tanto dinero como para financiar un golpe de Estado y para ser conocido como el "Robin Hood" boliviano.
El libro destapa los lazos de Suárez con la dictadura del general Luis García Meza (1980), el pacto con el gobierno de Hernán Siles (1982), con la CIA, con Fidel Castro. Por sus páginas pasan personajes como el panameño Manuel Noriega y Roberto Calvi, el "banquero de Dios".
Pero quizá el mérito mayor es narrar la intimidad de la vida junto al primer gran capo de la droga, con las alegrías y desilusiones que eso implica: su aversión por la violencia, el amor por sus hijos, su carácter mujeriego.
"La primera vez que sentí la necesidad de escribir un libro fue en Locarno, Suiza, en enero de 1982. El día que recuperé mi libertad, después de haber estado detenida injustamente durante una semana acusada de lavado de dinero, comencé a escribir para contarle al mundo mi vida al lado de Roberto y el vía crucis que viví desde que nos separamos en 1981", dice Ayda Levy a "El Mercurio".
Luego vino el mayor dolor de su vida: "Ocho años más tarde, en 1990, el asesinato a sangre fría de Roby, mi hijo mayor, a manos de un agente de la policía boliviana, inundó mi alma de dolor y le dio un nuevo impulso al proyecto. Pero fue sólo después de la muerte de Roberto, el año 2000, cuando decidí terminarlo para no llevarme a la tumba sus secretos sobre la falsa guerra contra las drogas".
-¿Escribió el libro para limpiar el nombre de sus hijos?
"La razón de la publicación de 'El rey de la cocaína' no es la de limpiar el nombre de Roberto, ni el mío, ni el de mis hijos. Bolivia es un país pequeño donde nos conocemos todos. Aparte del error imperdonable que cometió mi marido de incursionar innecesariamente en el vil negocio del narcotráfico o el amor enfermizo que Roby sentía por su padre, amor que terminó con su vida, ninguno de mis otros hijos cometió ningún delito, que no sea el de apellidarse Suárez".
-¿Cree que su marido ingresó al negocio para tener más poder o...
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