La impronta del Santiago neogótico y sus templos - 13 de Enero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 755102129

La impronta del Santiago neogótico y sus templos

Es 1910, los rascacielos de Santiago lucen aún lejanos en el porvenir de la ciudad, el paisaje urbano es de baja altura, sobresalen los cerros Santa Lucía y San Cristóbal ante la vista, mientras que la cordillera de los Andes domina en sus alrededores. En medio de todo ello, una serie de agujas, diseminadas a lo largo de la capital, destacan apuntando hacia el cielo; se trata de las torres de las iglesias, con reminiscencias góticas, que se han construido paulatinamente desde mediados del siglo XIX, y que continuarán surgiendo al menos durante cuatro décadas más. "Debe haber sido una imagen bastante espectacular", asevera el doctor en Arquitectura y académico de la Universidad Católica José Quintanilla, tras plantear el breve ejercicio imaginativo.La evocación la hace a raíz de la investigación "Templos católicos neogóticos" (Editorial Universitaria), de Mirtha Pallarés, arquitecta y catedrática de la Universidad de Chile. En su libro, enfocado en la centuria de 1850 a 1950 en la capital, la profesora enfatiza el valor patrimonial de los santuarios de este estilo, y refrenda que han hecho una significativa contribución a la identidad nacional y de Santiago, perdurable hasta nuestros días."Lo importante que tienen estas iglesias es que pertenecen a una época en la que la sociedad era muy religiosa, quería estas iglesias y formó parte de su construcción. Existían los recursos para hacerlo y estaba la técnica disponible para ello", sostiene la autora, quien, de los 117 templos católicos desarrollados en el periodo de estudio, identificó 22 con características del estilo neogótico.Las grabaciones con el nombre de algunas familias de la época se mantienen aún en vitrales de algunas iglesias, ya que los encargaban al extranjero para donarlos, dice la autora en referencia a la participación de los ciudadanos en la construcción de estos templos. Así lo refrendan los presentes en la parte superior de la bóveda de crucería de la parroquia Santa Filomena -al norponiente del río Mapocho-, declarada Monumento Histórico en 1995; o los de la basílica del Perpetuo Socorro -en el barrio San Vicente-, que recoge la fachada gótica típica francesa de tres niveles, tres cuerpos horizontales y tres secciones verticales.Su calidad de "hitos urbanos" -como definió la investigadora a estas edificaciones durante la presentación de su libro- responde a la función que cumplen, pues "entregan distintos paisajes y entornos que los transforman en únicos", explica Mirtha...

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