Impresión y gloria en Roma - 8 de Agosto de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 873886825

Impresión y gloria en Roma

H ay en el mundo pocos lugares tan privilegiados como Roma, donde se entrecruzan tantos estratos históricos, todos llenos de vida actual. Porque, más que ruinas, hay en Roma una escuela del Tiempo que, con algunas columnas aquí y otros frontones allá, nos enseña de qué estamos, al cabo, hechos los hombres... !Tanta vida pasada, reemplazada por tanta vida actual, una pegada a la tierra, y otra que la pisa y, pisándola, la renueva¡No sirve hablar, en este caso, de "estratificaciones" históricas, porque no hay aquí nada verdaderamente fósil: todo es insólitamente actual. Piense Usía en el Panteón , que está en ese lugar desde hace dos mil años, aunque remodelado, y que ha sido usado sin interrupción por los romanos de entonces y por los de ahora. Y se sienta Usía a tomar su café en la placita del frente, mientras lee la leyenda que, muy ufano, inscribió en el frontón el Cónsul que participó en su edificación: "M. AGRIPPA L.S. COS TERTIUM FECIT" . La misma que leyó el rey de los longobardos que arruinó la ya entonces viejísima ciudad; la misma que leyó Miguel Ángel diez siglos después. Es, pues, una lectura más antigua que la del letrero animado de champán Valdivieso, en el techo de ese edificio que está en la esquina de Rancagua con Bustamante, y que hace dos generaciones que no cambia...Uno puede elegir por qué niveles de la memoria desplazarse, a medida que se desplaza por las calles romanas. Y esta vez decidimos vagar por la Roma barroca, la de ese papado de la Contrarreforma, más pacífico y más sensual que el batallador de la cima de la cristiandad, por allá por el siglo XIII. Y todo comienza, en este viaje, por la observación que una vez hicimos a un amigo que vivía en Roma: "!Pero qué descascarados los palacios, qué deslucidas las paredes¡ !Aquí haría falta una mano de pintura, de esas que los ingleses no dejan de poner a todos sus edificios viejos¡".!Mal haya¡ El comentario casi nos dejó sin almuerzo ese día, así de irritado quedó nuestro anfitrión. Ese tinte irregular amarillo zapallo, esas terracotas envejecidas, esos muros polvorientos son, precisamente, parte del encanto de la Roma barroca, libre ya de las terribles invasiones bárbaras, que no preveía todavía la llegada de la barbarie napoleónica. Su última conmoción la había hecho el gran César Carlos V, a cuyos tenientes se les fue la mano y dañaron, más que las obras civiles, las vidas monjiles, como es fatal que ocurra en todas las toletoles bélicas... Pero esa época del XVII y del XVIII, de...

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